Omar Melchor Fuentes Cruz. ¿Le suena? Puede ser que no, pero seguro sí oyó, siquiera distante, que un catracho se ganó 100 mil dólares en un concurso de canto, mientras ponía en alto la bandera del país cinco estrellas.
El pueblo hondureño -y también internacional- se volcó sobre las redes sociales y otros medios refiriéndose al logro que se agenció un niño rudo en la cuna de los sueños, Estados Unidos.
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Su nombre artístico se volvió viral, y todavía retumba; hablamos de «Rude Boy», un joven oriundo de El Progreso, Yoro. Siendo un mecánico de motocicletas, dejó atrás las herramientas porque tenía una pasión palpitante: la música.
El auge que tomó después de su éxito, rodeado de un drástico cambio de vida, permitió conocer más detalles sobre su travesía, hacia el territorio de las barras y las estrellas, tal como lo contó con anterioridad Diario TIEMPO Digital.
Ahora, el popular hondureño revisó su apretada agenda y concertó un espacio para charlar con TIEMPO y también brindar algunos detalles inéditos de su historia. El hilo de sus antecedentes tiene varias hebras que externó y, también, declaró sobre su futuro.
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¡Se abre el telón!
Escenario: El Progreso, Yoro. Día: martes. Fecha: 21 de mayo de 1997. ¿Y la tutela? Bajo la responsabilidad y cariño de sus padres, Omar Fuentes Castro y Lilian Aracely Cruz. Así, se forjó el inicio (nacimiento) de la obra de vida de nuestro entrevistado. Sí, tiene apenas 23 años.
Sin embargo, de forma rápida no todo era como él quería. Aún con los deseos habituales de cualquier niño, simplemente no podía optar por cumplirlos de manera plena, dado que sus posibilidades eran otras.
«La realidad, no tuve mucha infancia, me tocó trabajar desde una edad muy temprana», comentó Rude Boy sobre aquellos primeros y más inocentes años.
Y es que, gracias a las enseñanzas de su papá, él se dedicó, tal como todos sus hermanos, a la mecánica vehicular.
Además: Rude Boy inspiró a miles con sus palabras: «Todos somos iguales»
De manera específica, como adelantamos, él es experto en maniobrar las herramientas para la reparación de motocicletas. Siempre buscó ganarse el pan de cada día, pero, en su interior, nunca dejó de creer que su vida tenía una armonía especial con la música.
Es así, que relató que él y amigos cercanos buscaron ayuda en compañías radiales, en canales de televisión y no recibió apoyo. También intentó agenciarse un nombre a través de pequeños conciertos, pero al inicio le decían que «no servía».
Durante un tiempo grabó videos aficionados y también apareció en algunos escenarios. Sí, sumó algunos fanáticos, pero eran realmente pocos quienes creían en él y le decían que, con el tiempo llegaría a ser un grande en lo que hacía por placer.
¿Cómo se llama la obra?
En el camino, Omar Fuentes se adaptó a sí mismo el seudónimo de «Rude Boy». Donde sea, se le reconoce así, por lo que ese es el título de la obra que ha ejecutado hasta el momento. No obstante, ¿cuál es la raíz de ese apodo?
Rude Boy confesó a TIEMPO que todo se remonta al año 2012. En un momento, observó una hoja de cuaderno de un buen amigo suyo, Michael Zelaya, donde él guardaba todas sus canciones. En ese instante, algo hizo «clic» en su cabeza; encontró el nombre predilecto y que lo guiaría al estrellato, eventualmente.
«En una parte de sus canciones estaba escrito el nombre de ‘Rude Boy’. Yo le pregunté que quién era ese personaje, y él me dijo que era un sello que los artistas usan para dar a entender que son fuertes, agresivos. No era nadie en específico, entonces decidí ponérmerlo», relató el artista.
Procesando la segunda escena
Pese a que aún no adquiría ninguna fama, cuando Fuentes era aún más joven comenzó a publicar algunos videos cantando sus composiciones. Lo pegadizo de su letra provocó que se hiciera de un pequeño espacio en la voz popular.
En su momento, se hacía eco entre los hondureños un tema que escribió sobre la migración y también con tintes políticos. Su composición se viralizó tanto que llegaron a señalarlo como alguien que quería forjar una revolución contra las autoridades de turno; por ello, decidió que era tiempo de partir.
Optó por migrar. No obstante, no fue nada fácil el trayecto; y es que las caravanas suelen sufrir muchas adversidades. Fuertes contingentes bloquean las fronteras y los únicos «pasadizos» para continuar el camino representan un inminente peligro para la integridad física.
Obstáculos en el rodaje
Desde la primera parte del recorrido la situación se tornó férrea. Cuatro kilómetros antes de la frontera de Agua Caliente, la policía colocó un retén que no permitía el paso a familias con menores de edad. Es así que debieron buscar rutas alternas.
Además, la policía bajó a las personas que iban en bus y les impidió -en varias ocasiones- que volvieran a subir. Aunque querían ahorrarse tan siquiera un pequeño tramo, sus pies debían seguir sufriendo las consecuencias de una larga caminata.
Una vez en la frontera con Guatemala, no podían cruzar sin los documentos pertinentes. Lo peor es que ni siquiera les esclarecían qué era lo que ocupaban. Es así que se abrieron camino por los montes.
El 18 de enero, cuatro días después del arranque del viaje, la muchedumbre se abrió paso y entró de manera irregular a México. Allí, había un fuerte contingente, de fuerzas de seguridad, que les vigiló constantemente. 969 personas solicitaron asilo humanitario allí.
Sin embargo, otras centenas no desviaron su cabeza del objetivo principal, llegar a Estados Unidos. No estaban dispuestos a ceder a menos. Tal fue el caso de «Rude Boy», que prosiguió, aún ante las adversidades.
Nueva escena: el sueño americano
Luces muy brillantes, inmensos edificios y personas de distintas razas y culturas. Su vista se fijó en aquello que tanto anheló; sí, pisó el territorio estadounidense. Mas, rápidamente esa alegría se esfumó. La «migra» lo agarró.
Mas, unos meses después, las autoridades lo soltaron. De inmediato, Fuentes corrió en búsqueda de su pareja.»Llegué donde mi esposa y mi bebé; él tenía siete meses, los mismos que yo estuve encerrado», comentó Rude Boy.
Asimismo, habló sobre cómo fue aquella experiencia tan difícil pero que marcó el inicio de una nueva faceta para él. Aludió el hecho de que no todos los compatriotas que buscan migrar logran su pretensión.
«El trayecto rumbo a Estados Unidos es algo que no es para cualquiera y que no todos tenemos la misma suerte; otros mueren en el camino, en el intento y pues, más que todo siempre hay que confiar en Dios, que para él no hay imposibles», relató el cantante.
«Es algo realmente muy difícil; al final todos lo intentamos, pero no todos estamos preparados para eso», enfatizó.
¡Tengo mucho, mucho talento!
Estrella TV, una cadena de televisión estadounidense, tiene un programa denominado «Tengo mucho, mucho talento». Ese es un reality show donde los participantes compiten en la búsqueda de quedarse con una buena suma de dinero.
Para Rude Boy ese programa no era desconocido. Es más, se juntaban con su cónyuge para verlo, pero nunca se le cruzó por su mente que formaría parte del mismo.
«Siempre he anhelado el programa; con mi esposa lo mirábamos antes de participar, y nunca pensé que tendría esa oportunidad. No me imaginaba ganar, mi meta era ganarme al público», contó.
No obstante, su amor por el arte lo llevó a hacer lo impensado: viajó 24 horas por tierra, en autobús, para audicionar para la competencia. Detalló que vivía muy lejos, y ni siquiera tenía un pasaporte.
Luego, ocurrió lo que ya se conoce. Rude Boy «la rompió» en el programa y, en cada episodio, paseó por la pista con sensacionales canciones de su autoría. Su labor fue tan buena que hasta hizo llorar en más de una ocasión a los jueces.
¿Y la próxima parada?
Sí, se quedó con el primer lugar y se embolsó 100 mil dólares. Sin embargo, el haber obtenido ese galardón no lo aleja de su esencia; aseguró que ese es un paso importante, pero que vendrá mucho más.
«Ahora que gané el premio, viene lo mejor. Voy a dar lo mejor de mí, vienen muchos planes, nueva música», expresó a TIEMPO.
¿Qué pasará con él, ahora que es afamado? Según nos dijo, él siente que no ha cambiado absolutamente nada. Afirma que tiene mucho camino que recorrer y que las personas que admira todavía son sus modelos a seguir.
«Me siento normal con la fama; las personas a las que yo admiro están muy por arriba de mí, hablando musicalmente y de trayectoria, aunque todos somos iguales. Todavía me falta mucho», declaró.
Ahora Fuentes, a quien también se le conoce como «el raperito», se acomodó a un ambiente distinto. Empero, continúa trabajando en lo que está por venir en su carrera musical.
«Muchas personas me dicen que por qué no he sacado temas nuevos; es porque aún no es su tiempo todavía. El tema ya está grabado, pero la producción no lo ha querido soltar; no es a nuestro tiempo, es al de Dios», explicó.
Al respecto, compartió con TIEMPO que próximamente estará saliendo su tema «La Manzana Podrida» y a ese le seguirá «Señor Oficial». Además, tiene otros cerca de 50 temas en agenda, que él mismo escribió.
Pese a que tiene todo eso encima, Rude Boy considera que no tiene objetivos marcados a futuro, dado que será Dios quien guiará su andar. «No tengo planes a futuro porque los planes de los humanos no se dan porque los de Dios son diferentes; vivo un día a la vez y dejo que él ponga cada cosa en su lugar», expuso.
Y una sorpresita…
El artista de ésta historia se describe a sí mismo como un buen y responsable padre. Ahora, deberá ponerlo en práctica por partida doble, según dijo en exclusiva.
«Trato de dar lo mejor para mis hijos. Sí, digo ‘mis’ porque ya viene una niña en camino también», confesó al equipo periodístico.
Por último, aseveró que le encantaría regresar a Honduras y es un anhelo de su corazón; prometió que, en su debido tiempo y forma, lo hará.
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