TEGUCIGALPA, HONDURAS. María Iris Ríos es una hondureña que comparte su vida diaria con 33 jóvenes portadores del VIH/SIDA, en la fundación Amor y Vida, ubicada en San Pedro Sula, la capital industrial del país.
El inicio de esta historia se remonta a una oportunidad de empleo en la fundación donde Ríos aplicó. Ella jamás imaginó que aceptar este empleo cambiaría su vida y la de muchos jóvenes con los que trata.
«Me di cuenta de la existencia de la fundación por un anuncio en el periódico donde pedían una directora para el centro y apliqué a la plaza», dijo Iris Ríos.
La condición de salud de los jóvenes en el centro es diferente, ya que todos son portadores de VIH/SIDA, explicó Rios. «Los jóvenes son 33 en total y fueron contagiados por los padres que ya murieron», lamentó la directora del centro.
Con su voz entrecortada explicó que la lucha para salir adelante con los jóvenes no ha sido fácil. Agregó que luchar contra la indiferencia de las personas con estos casos de jóvenes que son portadores del VIH/SIDA no es fácil.
«Llevo seis años como directora del centro y lo que me he ganado son enemigos porque la gente está acostumbrada a ver estos proyectos con lástima», contó.
El estigma que mantiene la sociedad hacia estos jóvenes que piensan que solo salen de la fundación para delinquir, aclaró con un tono fuerte la directora, no es cierto.
María Ríos, una madre de familia
María Iris Ríos está casada y es madre de tres varones que conocen su labor en el centro y se sienten orgullos de sus logros, comentó muy alegre.
La directora de la Fundación Amor y Vida relata como una anécdota un episodio de su vida familiar que la llenó de mucha satisfacción «Hace dos semanas llegué a la casa y uno de mis hijos que trabaja y estudia me dijo que un compañero de trabajo me reconoció en un reportaje», recordó la directora.
Añadió que la historia no quedo ahí, cuando el hijo mayor le comentó que lo felicitaron por tener una madre que ayuda a los demás.
«¿Por qué no eres como tu madre?, le dijeron los compañeros de trabajo a mi hijo jajajajaja. Luego me abrazó y me dijo: ‘Estoy orgullos de ti madre'», contó.
Momentos así sirven como un ejemplo para demostrarles que en la vida no siempre se tiene lo que se quiere sino lo que se necesita, dijo Ríos al referirse a sus hijos.
Lea también: HISTORIA HUMANA: Doña Irma Marina Sierra elabora coronas de muertos para sobrevivir
Seis años de trabajo en la Fundación Amor y Vida
La directora de la fundación manifestó que el autoestima de los pequeños antes era muy baja debido a su condición y al olvido de sus parientes cercanos. Acotó que «al llegar a la fundación los niños decían que Dios no los quería porque eran huérfanos».
«Les expliqué que el Dios de ellos es el mismo que tengo yo y prueba de ellos fue el milagro de poder ir de viaje a un parque de diversiones», recordó. Este viaje fue gracias a un donante anónimo que corrió con todos los gastos.
A pesar de la negativa de algún sector de la sociedad y hasta párrocos de la iglesia católica, la idea se materializó, cuenta Ríos, y los jóvenes se fueron de viaje.
Metas a futuro
Ríos mantiene como uno de sus anhelos que los jóvenes que ya se preparan en la universidad puedan graduarse y ser independientes.»Espero algún día encontrar a estos pequeños en la calle hechos ya unos profesionales, abogados, arquitectos, en fin», dijo.
La motivación de María Ríos va más allá de los espiritual y la satisfacción personal se plasma en el día a día que lucha por mejorar la calidad de vida de los pequeños. Lograr que las personas particulares en general no vean estos jóvenes con lástima y brinden su apoyo.
Sin ayuda del gobierno y con una deuda millonaria
Maria Ríos lamenta que el gobierno no la apoya con la fundación y tienen una deuda millonaria con Aguas de San Pedro que parece impagable. «Debemos dos millones de lempiras en agua y nadie nos quiere ayudar», reveló.
Los acercamientos con Aguas de San Pedro fueron muchos y no hubo una respuesta satisfactoria para arreglar el problema.
«Aguas de San Pedro nos dijo que no era una empresa de beneficencia y que no podían condonarnos la deuda», lamentó la directora del centro.
Cabe recordar que Aguas de San Pedro es, desde el primero de febrero del 2001, la empresa concesionaria de los servicios de agua potable y alcantarillado sanitario del municipio de San Pedro Sula.