«Pudo haber sido alguno de mis hijos»
Luis Enrique Gómez Paz, “el héroe de la mochila”, como le dicen ahora sus amigos, es un joven sampedrano de 28 años de edad y quien ganó popularidad el pasado lunes por su heroica acción de ayudar a una niña que junto a sus padres sufrió un aparatoso accidente en un bulevar de San Pedro Sula.
En exclusiva a Diario TIEMPO Digital, relató la verdadera razón que lo motivó a auxiliar a la menor de edad. Asimismo, expuso detalles de su vida personal fuera de su trabajo como repartidor en la empresa salvadoreña.
El joven vive en el sector del Ocotillo, dentro de la colonia Cozmul, aún en el casco urbano de San Pedro Sula. Ahí, él, junto a su esposa y sus tres hijos, habitan la casa que le prestó su madre antes de emigrar a España.
Cabe destacar que el hondureño trabaja como delivery desde hace seis meses, después de que la COVID-19 afectara a Honduras. Su humilde motocicleta se convirtió en su único equipo de trabajo desde que inició la pandemia en el país.
En el momento del accidente donde una familia completa resultó afectada, Luis Enrique solo pensaba en sus tres hijos: una niña de siete años, un varoncito de cuatro y el menor que apenas tiene 18 meses de nacido.
«Esos tres rostros los veía en esa pequeña inocente de dos años, quien desesperada gritaba ‘¡mamá!, ¡mamá!'», manifestó.
Según Luis, el ver a la menor literalmente «volando» por el aire tras que la motocicleta donde se conducía con sus padres impactó con un abusivo conductor, se cruzó por su mente su pequeño hijo quien es un año menor que la niña que auxilió.
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Podía ser uno de sus hijos
Pese a que Luis estaba en horas laborales y con un pedido por entregar, el sentimiento de socorrer a la menor de edad invadió su cuerpo.
No paró de imaginar que pudo ser uno de sus hijos las víctimas de ese lamentable accidente. Lo cual hizo que dejara por un momento su faceta de repartidor y reaccionó como cualquier abnegado padre lo haría por sus hijos.
El accidente que se produjo en pocos segundos quedó grabado en la mente de Luis, según dijo a Tiempo Digital. Pero la preocupación por saber el estado de salud de la menor le hizo inmediatamente bajar de su moto y se dirigiera hacia la pequeña.
Ella estaba casi inconsciente sobre la mediana del bulevar del Norte, a pocos metros de sus padres quienes estaban en la misma condición.
“Creo que es una obra de Dios haber ayudado a la bebé. También me puse en el lugar de padre, la niña accidentada le lleva un año a mi último hijo. Eso me motivó porque en ese caso pudo haber sido alguno de mis hijos. Era un bebé tan vulnerable”, recalcó el héroe de la mochila.
Por lo cual, Luis Enrique aseguró que su familia está admirado por la reacción que tuvo en ayudar a la bebé. De igual forma, afirmó que todos se sienten agradecidos de formar parte de su familia y dan gracias a Dios por su vida.
También comentó que la empresa donde trabaja le entregó un reconocimiento y una pequeña gratificación por su hazaña.
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Luis Enrique Gómez y su trabajo como delivery
Luis Enrique diariamente labora entre 12 y 13 horas, pero en los días buenos, como los domingos, según dijo, ese arduo horario puede significar 1,300 lempiras de ganancia. Entre más temprano, más ganancias obtiene, aseveró.
Debido al impacto de la pandemia en la economía hondureña, lo despidieron de su empleo anterior donde trabajaba como distribuidor de una empresa de telefonía del país.
Con tres hijos y un negocio de arreglos para festividades, que apenas pudo sostener en su vivienda junto a su esposa, decidió buscar un nuevo ingreso.
El único equipo de trabajo con que contaba era su motocicleta, así que decidió enviar su hoja de vida y al ser aceptado se puso su uniforme, la mascarilla y una mochila en sus hombros.
De acuerdo con su relato, los primeros días le sirvieron para adaptarse. Sin embargo, rápido le halló sentido al trabajo: responder la llamada, ir por el producto, entregarlo lo más rápido posible al cliente y ganarse una buena propina.
Esa rutina es la que diariamente hace Luis Enrique, a menos que en el peligroso camino, donde solo Dios lo ampara, como él mismo dijo, ocurran incidentes, como el del pasado 21 de septiembre.
Luis Enrique Gómez es un humilde padre de familia que sueña con tener su propia casa y darle un buen futuro a sus hijos. Para eso trabaja más de 12 horas diarias con una enorme sonrisa en su rostro que cubre un tapabocas negro.
No obstante, nada de eso lo cansa o perturba cuando llega a la vivienda y mira a sus tres hijos. Esos pequeños que recordó al momento de brindar ayuda a una niña inocente y lo llevó a convertirse en el “héroe de la mochila”.
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