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viernes, noviembre 22, 2024

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REDACCIÓN. Con sólo diecinueve años, Ettore Bugatti construyó su primer auto. Un automóvil con diseños vanguardistas, como una caja de cambios de cuatro velocidades y un motor de cuatro cilindros con válvulas en voladizo.

Al abrir su fábrica en 1909, Ettore se propuso perfeccionar el diseño que finalmente se convirtió en el Tipo 13. Este pequeño vehículo brilló con la creatividad de Bugatti y consiguió el segundo puesto en el Gran Premio de Francia de 1911 en Le Mans, superando a competidores más grandes diseñados por Fiat y otros.

Ettore Bugatti lanzó otros automóviles emblemáticos, como el Tipo 29/30, “el Cigarro”, y el Tipo 35, ambos con el motor de ocho cilindros de la marca. El diseño y el rendimiento del motor de ocho cilindros de Bugatti aseguraron el nombre de Bugatti en el mundo de las carreras para siempre, como sinónimo de velocidad y potencia.

Bugatti Type 59 Sports

Todo está en la sangre

En 1927, el hijo de Ettore, Jean Bugatti, asumió un papel más activo en la dirección de la fábrica. Pronto se involucró en el proceso de diseño, añadiendo sus propios toques y estilo a los modelos posteriores. Uno de sus diseños más emblemáticos fue el “Aérolithe” de 1935, que acabaría siendo reinterpretado y renacido como el Tipo 57S Atlante en 1936.

El chasis del Type 57S fue famoso por su asociación con Jean-Pierre Wimille y Robert Benoist, que lo utilizaron para conseguir la victoria en las 24 horas de Le Mans de 1937. Desgraciadamente, el tiempo que Jean pasó con Bugatti fue breve, ya que sufrió un accidente mortal mientras conducía el Type 57C Tank, ya que se desvió para evitar a un ciclista mientras iba a más de 200 km/h.

Era el año 1939 y tanto Bugatti como el mundo entero lloraron la pérdida de uno de los mejores diseñadores de la historia del automóvil.

Bugatti Type 57s

Una mezcla de velocidad, comodidad y estilo que va más allá de los límites

En la actualidad, Bugatti continúa con su legado de autos rápidos cargados de innovaciones técnicas. El Bugatti Veyron 16.4 es un testimonio del objetivo de la marca de producir automóviles elegantes y confortables para aquellos que necesitan velocidad.

El Veyron se desarrolló para cumplir tres exigentes especificaciones de rendimiento. En primer lugar, tenía que producir más de 1.000 caballos de potencia. En segundo lugar, alcanzar una velocidad máxima de más de 400 km/h.

Por último, tenía que ser capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos. Y tenía que hacer todo esto al mismo tiempo que se convertía en un coche de lujo para que los consumidores lo condujeran a diario.

Para cumplir estas increíbles especificaciones, todos sus componentes tuvieron que ser diseñados y fabricados a medida, siguiendo estrictas normas y tolerancias. El camino hacia la creación de este super-auto no fue nada fácil y los problemas técnicos surgieron en todas las fases del desarrollo.

Sin embargo, estos obstáculos sólo sirvieron para alimentar la innovación de Bugatti, lo que llevó a la mejora de tecnologías anteriores y a la creación de otras nuevas.

El “EB” del nombre era un homenaje al fundador original, Ettore Bugatti, mientras que Veyron era el nombre de uno de los ingenieros y pilotos históricos de Bugatti. La combinación de una estética elegante y un rendimiento increíble en el Veyron es un testimonio de los elegantes autos de carreras de la época de Ettore y Jean Bugatti.

Bugatti Veyron 16.4


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