Hola amigos de Los Beatles y de la historia, aquí seguimos revisando esta interesante historia, comenzando con un resumen de lo que mostramos en el capítulo anterior…
Repasamos lo qué pasaba con la música en Liverpool, que recibía de primera fuente los nuevos discos de Estados Unidos.
Revisamos también el nacimiento del primer Beatle, John Winston Lennon Stanley, su infancia triste y la separación de sus padres. Además, repasamos su vida de adoptado con tía Mimi, la pérdida de su madre y el cambio profundo que provocó en su personalidad y visión del mundo.
Cada uno de estos acontecimientos lo convirtieron en “Un payaso camino del Fracaso”.
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Vimos también que fuerte era John, que trataba a sus profesores como “Esos Vagos no Saben Nada…” y gozaba haciendo barrabasadas con su gran amigo Peter Shotton.
Revivimos el impacto y el cambio que significó para John Lennon el rock’n roll, plasmando esta pasión al formar su primer grupo “Los Quarrymen”.
Finalmente, llegamos al momento en que se produjo un encuentro histórico, en que Paul McCartney se une a The Quarrymen y desde ese instante, cambiaría la historia de la música y de la sociedad.
Sigamos viajando en el tiempo y compartiendo esta fantástica historia …
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La verdadera amistad por sobre una banda
Paul contaba que lo que más le impresionó de John fue su pinta de teddy boy. También su potente voz y el ingenio que utilizaba para cantar las canciones con su propia letra.
Ambos sintieron admiración uno por el otro y, sobre todo, sintieron que gustaban igualmente del rock’n roll, por lo que podían hacer cosas importantes juntos.
Otro de los hechos que habían marcado a John y Paul en su vida fue que ambos habían perdido a sus madres.
La madre de Paul, Mary, había fallecido de un cáncer de mamas cuando él tenía 14 años de edad, lo cual lo había dejado muy deprimido.
Su Padre, quien era un comerciante de algodón y aficionado a la música (tocaba en una banda de jazz), le regaló una guitarra para paliar en parte la tremenda pérdida.
Paul nació el 18 de junio de 1942, por lo que era casi dos años menor que John, aunque esta diferencia de edad no influiría en su amistad o en su respeto mutuo.
Estos dos jóvenes eran muy diferentes. Paul era un chico bastante educado y que buscaba agradar a todo el mundo, a diferencia de John que no respetaba a casi nadie y siempre estaba buscando pleitos o haciendo barrabasadas por todas partes.
Aún así, John y Paul establecieron una gran amistad, en torno a su similar gusto por la música, algunos sucesos comunes que marcaron sus vidas y a sus similares sueños de triunfo.
Crecen Los Quarrymen
John contaría años más tarde que su encuentro con Paul fue decisivo en la formación de su banda y que, a pesar de que Paul era tanto o mejor que él, no era estúpido para dejarlo escapar e hizo prevalecer su instinto por sobre su afán de liderazgo.
Luego de la incorporación de Paul, la banda comenzó a mejorar y llegó el momento en que se requería de un buen guitarrista, uno que pudiese encargarse de la primera guitarra, ya que John y Paul, que cantaban todos los temas no podían hacerlo bien.
Aparece el tercer Beatle
Fue entonces cuando Paul le mencionó a John acerca de un chico que conocía de su escuela, quien era hijo del chofer del autobus escolar, de nombre George Harrison.
Paul conocía a George porque viajaban a diario juntos al Liverpool Institute y vivían a un par de paraderos de distancia.
Hablaban siempre de música y Paul había visto el talento de George en una oportunidad en que lo vió tocar en el patio de la escuela.
Esa vez George tocó perfectamente un tema instrumental que estaba de moda por esos días y que era difícil de tocar en la guitarra.
Todo iba bien hasta que John se enteró de que George tenía apenas 14 años, cuatro años menos que él.
Dijo a Paul que no quería bebés en la banda. Paul, empecinado en hacerle ver a John que la edad no sería obstáculo, invitó a George a un tour en autobus por la ciudad junto a John.
Viajando en el segundo piso del bus, y cuando todos los pasajeros ya habían bajado, Paul le dijo a George. “Hey, llegó la hora….. Muéstrale a John lo que sabes…”.
Fue en ese momento que George sacó su guitarra y tocó el famoso tema.
John quedó impresionado por la perfección de George y asintió, diciéndole: “…Muy bien, estás adentro…”
Nuevos integrantes completan la banda
Con esta incorporación, junto a la salida de los miembros antiguos Quarrymen, se encaminaban a conformar una verdadera banda.
Los muchachos pasaban varias horas al día tocando y componiendo melodías y letras, lo cual les encantaba hacer.
Iban afiatándose como músicos e iban definiendo un estilo que los marcaría para siempre, sobre todo en las armonías de voces.
Sin embargo, habían dos aspectos que debían solucionar: Uno era el hecho de que no tenían bajista, ya que Paul y John tocaban guitarras rítmicas y George tocaba la primera guitarra y ninguno quería hacerse cargo de tocar el bajo, que consideraban un instrumento secundario.
Por otra parte, tampoco tenían baterista. Fue entonces que John encontró la solución a ambos problemas:
Primero, incorporó al grupo a su íntimo amigo y compañero Stuart Sutcliffe, un alumno destacado de pintura en el Liverpool College of Arts, para que tocara el bajo.
Stuart sabía tanto de música como John de astrofísica, es decir, nada.
Aún así, John lo convenció de que invirtiera el dinero que Stu había ganado en una exposición de cuadros, en la compra de un bajo.
Ante las críticas de Paul y George, que obviamente desaprobaban la inutilidad musical de Stuart, John les decía…”Es mejor tener un bajista que no sabe tocar a no tener uno”.
El otro problema, el de baterista, lo solucionó al incorporar al grupo a un chico cuya madre tenía un café bar que funcionaba en el sótano de su casa, llamado Cashba.
Se trataba de Pete Best. John le aseguró a Pete que si su madre les permitía ensayar en el Cashba, él sería el baterista del grupo.
Y así fue que se conformó la primera banda de verdad. Al poco tiempo pasaron a llamarse Johnny and The Moondogs, luego The Silver Beatles y para 1960, pasaron a llamarse definitivamente The Beatles.
Primeros contratos
Su mayor logro hasta 1960 fue conseguir contrato para los horarios de almuerzo en un club llamado The Cavern. Esta era una antigua bodega de vinos que ocupaba un sótano y había sido transformada en bar. Este horario poco estelar estaba reservado para bandas de segunda.
Los muchachos fueron ganando adeptos y sus actuaciones comenzaban a hacerse llamativas para los adolescentes de Liverpool. Lo anterior, ocasionó que Bob Wooler, un manager que enviaba bandas a Hamburgo, Alemania, a firmar un contrato para que actuaran en Hamburgo, Alemania.
Hasta ese momento, los cinco Beatles eran aún aficionados con sueños de triunfo. Sin embargo, no pasaban de ganar unas pocas libras a la semana.
Una anécdota interesante ocurrió cuando la tía Mimi, que criaba a John, le regañó un día y le dijo: “¿John, está bien que te guste esa guitarra, pero jamás te ganarás la vida con ella?”.
Años más tarde, siendo ya famoso, John mandó a grabar en bronce aquella frase y se la regaló a tía Mimi.
Nuevos amigos en Alemania
La visita a Hamburgo trajo muchas cosas nuevas a la vida de los muchachos. Primero, comenzaron a consumir pastillas para poder aguantar ocho horas diarias de actuación en el club Indra.
Luego pasaron a actuar en un local más grande llamado Kaiserkeller, donde conocieron a algunos de sus más grandes amigos.
Hicieron amistad con chicos alemanes como Klaus Voorman. Este, luego trabajara con ellos como asistente, después tocó con ellos por separado y fue el diseñador de la carátula de uno de sus discos más memorables, Revolver.
También conocieron a Astrid Kircher, una chica alemana, fotógrafa, que tuvo gran influencia en la banda.
En primer lugar, fue la novia de Stu, luego fue quien registró todas las imágenes que se tienen de Los Beatles en aquella época. Ella, finalmente fue quien les sugirió que se dejaran crecer el pelo a su estilo, llamado “príncipe valiente”. Aunque, era conocido después como peinado Beatle.
Años de arduo trabajo y sacrificio
Muchos se imaginan que Los Beatles saltaron a la fama de la noche a la mañana. Pero según veremos, eso estuvo muy lejos de ser verdad.
De hecho, una de las enseñanzas más valiosas que creo que Los Beatles nos dejaron a todos, sobre todo a la juventud, fue su pundonor y su empeño. Su determinación a la hora de soportar muchas situaciones que a cualquiera hubiesen desmoronado, haciéndolo renunciar.
Sí, Los Beatles pasaron muchas situaciones complicadas, como hambre, frío, indiferencia, humillaciones, insultos, etc.
Sin embargo, ante todas ellas mantuvieron sus sueños firmes y jamás renunciaron a seguir luchando, trabajando durísimo.
El gran liderazgo de John
En este aspecto se hace especialmente enorme la figura de John Lennon. Todos los demás coinciden que, de no haber sido por la confianza que tenía John en la banda, jamás habrían podido triunfar de verdad.
John no solo apoyaba a sus compañeros, sino que los defendía de las críticas. Él siempre cuidaba la imagen de la banda como un león.
Hay varias anécdotas de cómo John sacaba a los muchachos de sus estados de frustración. La frase típica que recordaba Paul era la que John les decía:
“Where we’re going fellas?”… Todos respondían: “ To the top Johnny”…. John preguntaba: “Where is that?”…. Todos respondían : “on the top-o-most of the pop-o-most” y todos se animaban.
George deportado y otros problemas
El primer problema que tuvieron en Hamburgo, llamada “The Sin city” (ciudad del pecado), fue que George era menor de edad. Este solo tenía 17 años cuando llegaron, de manera que lo deportaron.
Su vida cotidiana tampoco era de lo mejor, ya que debían dormir en el mismo teatro. A menudo compartían camas, con un baño sucio, mala comida y poca paga.
Por otra parte, eran constantes las peleas durante sus actuaciones. La razón era que los fans se emborrachaban y comenzaban a tirarles cosas a los músicos de turno. Esta situación hizo que varias veces John enfureciera.
Cuentan la anécdota de que en una oportunidad él estaba comiendo sobre un piano, en el mismo escenario. De pronto llegó un borracho a hablarle estupideces. John se enojó tanto que le arrojó el cuchillo.
Por fin profesionales
Eran días y noches interminables, agotadores, pero una luz comenzó a asomar para los muchachos… se estaban convirtiendo en profesionales.
Ellos mismos comentaban años más tarde, que lo que los convenció de que eran buenos era el hecho de aprender a tocar y sobre todo a impostar la voz. Con esto trataban de soportar mejor tantas horas de actuación.
La exigencia del público también los obligó a ampliar su repertorio. Esto los llevó de a poco a ser bien reconocidos en el puerto alemán.
De hecho, una de las bandas de Liverpool que hasta entonces era la más popular del puerto, Rory Storm and Hurricanes se convirtió en telonera de Los Beatles. Este hecho era algo impensado en The Cavern.
Uno de los integrantes de dicha banda, un tal Richard Starkey, su baterista, comenzó una amistad con Los Beatles. Él se quedaba todas las noches a verlos actuar y luego salía con ellos de parranda. Se hizo muy amigo y un fan incondicional del grupo.
