Redacción. Te sientes cansado, con frío, incluso en los meses cálidos, estreñimiento y con algunos dolores musculares o a las articulaciones, estos síntomas podrían asociarse más a un trastorno a la tiroides como el hipotiroidismo, una enfermedad más común de lo que se puede imaginar.
Causas del hipotiroidismo
Esta patología se origina cuando la tiroides, glándula en forma de mariposa que se ubica en la base del cuello, actúa de forma ineficaz, produciendo niveles insuficientes de las hormonas tiroideas y afectando directamente al control del metabolismo.
Sus causas son múltiples, pudiendo desencadenarse debido a alguna enfermedad autoinmune, como respuesta a las hormonas que se secretan durante el embarazo, por la ingesta de medicamentos como el litio o por el déficit de yodo en el organismo.
Aunque suele afectar más frecuentemente a las mujeres (una de cada ocho desarrollará problemas a la tiroides en su vida, según la Asociación Americana de Tiroides), la sintomatología no varía mucho entre sexos y suele presentarse de forma lenta y progresiva.
Expertos señalan que existe un problema para diagnosticar el hipotiroidismo gracias a la similitud de sus síntomas con los de otras enfermedades. Aún así, se detallan algunos síntomas a los que se debe estar atentos.
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Síntomas a los que estar alerta
De acuerdo con los profesionales, los síntomas a los que debe prestar atención son varios. Entre ellos, se encuentra:
- El cansancio injustificado
- La intolerancia al frío
- El aumento de peso sin variaciones en la dieta
- Uñas quebradizas
- Caída del cabello
- Fatiga muscular
- Problemas de concentración o la voz ronca
En estos casos, lo mejor es visitar a un especialista para hacer las pruebas correspondientes y determinar si se padece o no, recomiendan los expertos.
Cuidados en la alimentación
La alta prevalencia de la población para sufrir esta patología puede estar ligada a los altos índices de obesidad que mantenemos. La alimentación juega un rol clave tanto en la prevención como en el control de ésta. De hecho, existen ciertos alimentos que ayudarán a lidiar de mejor forma con los síntomas”, destacan los profesionales en el tema.
¿Cuáles son los alimentos que nos ayudan?
El yodo: nutriente fundamental para la formación de las hormonas en la tiroides. Los huevos son una buena de yodo, aunque la más importante proviene del mar, por lo que se recomienda aumentar el consumo de pescados y mariscos. No obstante, el exceso también puede afectar a la glándula, por eso se debe tratar de conseguir una dieta equilibrada.
El pollo: es un alimento que aporta proteínas y zinc, otro mineral que favorece la función de la tiroides.
El plátano: también es un gran aliado, ya que entrega una gran cantidad de energía, fibra y potasio, ayudando a acelerar el metabolismo.
Las nueces: apoyarán a activar la tiroides por ser ricas en selenio, sin mencionar la ayuda en la pérdida de peso por el efecto saciante que consiguen.
Lácteos: debemos integrarlos a la dieta gracias a su contenido de yodo, selenio, zinc y varias vitaminas del grupo B, que fortalecen el sistema inmune.
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