ISLAS DE LA BAHÍA, HONDURAS. ¡Sano y salvo! Luego de naufragar y pasar varias horas en alta mar, el joven hondureño Brennon Bodden volvió a reunirse con su familia en Santos Guardiola.
Su familia estaba angustiada, pero con la esperanza de que aparecería sano y salvo. Y es que, Brennon Bodden, de aproximadamente 20 años de edad, había salido de la isla de Guanaja y se dirigía hacia la cabecera departamental, Roatán.
Sin embargo, por razones que aún se desconocen, su lancha comenzó a presentar desperfectos mecánicos, de modo que él quedó navegando hacia donde las olas del mar lo llevaran.
Pero antes de perder comunicación con su familia, Brennon Bodden decidió pedirle ayuda a sus amigos, advirtiéndoles que el mar estaba alejándolo cada vez de tierra firme. Horas después, no se volvió a saber nada más de él, pues a su celular no llegaban los mensajes de texto y presuntamente se quedó sin carga.
Desde ese momento, los allegados de Bodden alertaron a las autoridades de la Policía y, con ayuda de la Fuerza Naval, comenzaron una exhaustiva búsqueda.
En La Mosquitia estaba Brennon Bodden
Las labores se extendieron hasta aguas cercanas a Gracias a Dios, en donde Bodden fue divisado aún sobre su lancha, cansado y fatigado por el Sol.
Luego de su rescate, a Bodden lo trasladaron hacia el Hospital de Roatán, en donde recibió atención médica, fue hidratado y posteriormente pudo volver a su casa junto a su familia.
¿Estás preparado para resolver estas tres emergencias al navegar?
Hay situaciones a bordo de un yate, catamarán o lancha que pueden poner en riesgo a los pasajeros. La primera recomendación es actuar con rapidez para evitar daños mayores. Luego, controlar el pánico (aunque parezca difícil) y apoyarse en los equipos de comunicación desde el primer el momento.
1. Encallar. Cuando sucede este accidente hay que evaluar los daños, buscar las posibles fugas y activar las bombas de achique. Podría necesitar la ayuda de un remolque o según el análisis de las mareas, esperar para reflotarlo.
2. Quedarse sin gobierno del barco. Es algo serio. Significa que la embarcación no se puede dirigir hacia ninguna dirección porque el timón se ha roto o el motor se ha averiado. Si ha quedado a la deriva en alta mar, a merced de las corrientes y el viento, debes avisar enseguida a familiares o a la Fuerza Naval.
3. Fuego a bordo. Si hay llamas altas en un área específica (camarote) hay que cerrarlo y prepararse para abandonar la nave. Es vital avisar a las autoridades marítimas por todos los medios posibles (radio VHF, bengalas).
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