COFRADÍA, FRANCISCO MORAZÁN. La mañana de este miércoles se encontró el cadáver de un hombre guindado de un árbol en la aldea de Cofradía, departamento de Francisco Morazán, zona central de Honduras.
Se encontró entre sus pertenencias su tarjeta de identidad; por lo que, se le reconoció como Marco Tulio Rivas Rodríguez, quien nació el dos de septiembre de 1979.
En virtud de lo anterior, se deduce que recién había cumplido 41 años. Además, según información recabada en el lugar, él era originario del sector denominado como «Los Plancitos».
A Rivas se le halló específicamente en un solar baldío de la zona, que está próximo a la carretera que conduce al departamento de Olancho. Él vestía una camisa color negro de un equipo de fútbol.
Antecedente
Hasta el momento, se desconoce si él se suicidó o se trata de un nuevo crimen en el área. Es importante conocer que el hallazgo de su cuerpo inerte se registra justo una semana después de que se encontró muerta a su esposa.
Los restos mortales de su cónyuge, Diana Velásquez Amador, yacían en medio de la maleza a inmediaciones de la iglesia evangélica «Amistad Cristiana». Ella tenía múltiples heridas de arma blanca, tipo machete.
Las pesquisas preliminares de la Policía Nacional indican que, según la versión de los familiares de la occisa, su pareja la amenazó con anterioridad, acusándola de tener varios enamorados. Desde entonces, no se tenía rastros de Rivas Rodríguez.
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Detalles
Marvin Joel Zapata, hermano de crianza del difunto, externó que el matrimonio procreó cinco hijos y tenían unos 18 años de vivir juntos.
Asimismo, confesó que él temía que Rivas no soportaría el deceso de su mujer, dejando entrever que podría haberse ahorcado por sí mismo; acotó que por eso él lo anduvo buscando. «Él es una persona muy aparte; todas las personas de acá lo conocían y están con gran pesar», comentó.
De igual forma, Zapata expresó que Rivas cambió su actitud en los días previo a los fatales desenlaces. Incluso, apuntó que huía de sus familiares y conocidos, manteniéndose bastante aparte.
Además, mencionó que tenía problemas de salud, lo que podría haber agravado cualquier malestar psicológico que afrontaba.
Cabe decir que Rivas se encargó durante hace casi una década de cuidar el terreno de la iglesia donde justamente apareció sin vida su esposa. Allí, además de las sesiones eclesiásticas, también se cuida de ancianos.
Al momento de la publicación de esta nota, se aguarda a que llegue un equipo de Medicina Forense a la escena para que realice el levantamiento cadavérico correspondiente.
El personal especializado deberá hacer una autopsia y una examinación exhaustiva; de esa manera, se confirmará si se trata de un suicidio o podría ser que los pobladores del sector tomaron la justicia por su propia mano ante la atroz situación que se presentó hace una semana y de la cual se le atribuía la autoría.
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