Tegucigalpa. Cada vez más Haitianos y Dominicanos pasan por Honduras en su recorrido hacia Estados Unidos. Algunos tienen más suerte que otros, sin embargo, la mayoría aguanta sol, lluvia y hambre en las calles de Comayagüela.
En varios videos difundidos a través de las redes sociales se observa como hay cuadras enteras que están llenas de Haitianos, a la espera de tomar un bus que los lleve a las diferentes fronteras.
Para entender mejor la situación, Diario Tiempo se comunicó con la defensora de los derechos humanos de los migrantes en Honduras, Itsmania Platero, quien aseguró que el país se ha convertido en un receptor de migrantes.
«Honduras es un país receptor de migrantes de otros países y además es un país de tráfico de personas. Por fuerza tienen que pasar por Honduras», explicó Platero.
Según la defensora, desde el 2018 ha incrementado el número de migrantes que pasan por Honduras.
«Vienen muchos migrantes buscando oportunidades. Sin embargo, no tienen apoyo del estado ni de las organizaciones de Honduras«, agregó.
Condiciones precarias
Además del difícil trayecto que tienen que recorrer los migrantes haitianos, deben enfrentarse a las condiciones precarias que hay en Honduras para ellos.
Muchos de los Haitianos duermen en las calles; niños y mujeres están en estado de vulnerabilidad y tienen que quedarse en Honduras hasta conseguir dinero para poder continuar su trayecto.
«Hubo un reporte que en la zona sur que una banda criminal abuso sexualmente de niñas y mujeres y maltrató a un grupo de hombres. Estos fueron auxiliados por la Unidad de trata de personas de la Dirección Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), la Policia Nacional y otras instituciones», expuso la defensora.
En cuanto a lo anterior, lamento que no hubo un reporte final sobre lo que ocurrió con estas personas y aseguró que las personas agredidas «podían pedir asilo porque fueron maltratados en territorio hondureño».
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Abuso de los transportistas
Además, lamentó el abuso de los transportistas que movilizan a los migrantes, pues en muchas ocasiones les incrementan el precio de los pasajes o los bajan de las unidades.
«Les cobran de 20 a 30 dólares. Hay bandas que les cobran hasta 50 mil lempiras por pasar por el territorio Hondureños», argumentó la especialista en migración.
«Hay reportes de que la policía amenaza a los taxista con denunciarlos de que están traficando personas porque son extranjeros, entonces no es tan fácil que puedan subirse a un taxi».
Según se ha podido contabilizar, entre San Pedro Sula y Comayagüela hay más de 1500 haitianos. Estos se quedan en Comayagüela porque allí es donde están los hoteles más baratos; sin embargo, para ellos no lo es, pues los hoteleros también incrementan el precio para estas personas. Agregado a eso, los migrantes deben tener un permiso del Instituto Nacional de Migración (INM), el cual tiene un precio elevado.
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Abandonados
En este sentido, Itsmania expuso que los migrantes haitianos han sido olvidados y que los derechos humanos han desaparecido para ellos.
«Se quedaron sin dinero, no hay agua, no hay comida, no hay medicinas. Honduras no tiene vacunación para migrantes como si lo tienen otros países. Están completamente olvidados y los derechos humanos para ellos, no existen», lamentó.
A pesar de que ellos están de manera ilegal en Honduras, tienen derechos y se deben respetar.
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El recorrido
Estas personas hacen un largo recorrido para poder salir de su país. Primero ingresan a Honduras por el municipio de Trojes, en el Paraíso o por la zona sur. Además utilizan puntos ciegos, es decir, no entran por las fronteras.
«La ultima vez que hable con una autoridad me dijeron que no tenían albergues para esta gente», dijo Platero.
Después pasan para Tegucigalpa en los diferentes buses y el proceso es igual, pero no les cobran lo mismo que a los pasajeros hondureños.
Los llevan a las terminales de buses que van para Aguascalientes, Guatemala, al cruce de frontera y ahí les cobran el triple porque «van ilegales«. Según Itsmania «se aprovechan de ellos porque no tienen los documentos necesarios».
Muchos solo llegan y duermen en la calle, además hay niños con los pies descalzos y heridos porque tienen que caminar grandes kilómetros porque las autoridades los bajan de los buses.
«Ellos andan caminando por las calles heridos de su alma y de su cuerpo«, lamentó.
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