COLÓN, HONDURAS. Tres personas murieron este jueves, durante la mañana, luego de un enfrentamiento entre supuestos invasores y guardias de seguridad en una finca de palma africana en Trujillo, Colón, zona norte del país.
Las víctimas respondían a los nombres de Pedro Reyes Hernández, Walter Orellana Ramos y Emanuel Rodríguez. Todos eran guardias de seguridad, según informes.
Uno de los guardias fallecidos, Walter Orellana, fue ingresado a la finca usurpadora, mientras que los otros dos occisos están en la morgue del Hospital San Isidro en Tocoa.
El hecho violento se originó específicamente en una finca de una cooperativa de producción agropecuaria de campesinas Salamá, la cual se ubica en la comunidad de Punta de Rieles de Trujillo.
De acuerdo con testimonios, el grupo de invasores ingresó a las plantaciones armadas y pretendían robarse la fruta para comercializarla, sin embargo, los guardias de seguridad empezaron un enfrentamiento.
Los invasores son grupos armados dedicados a invadir plantaciones de palma y robar la fruta, según productores.
Miembros policiales se movieron hasta el lugar para inspeccionar la zona y acordonarla. Hasta el momento no se ha reportado ningún detenido.
Se entregarán los cuerpos de las víctimas a sus familiares para que le den cristiana sepultura.
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Otra masacre
El pasado 18 de diciembre, se registró otra masacre, en horas de la madrugada, dejando como saldo tres hombres muertos y uno gravemente herido en el municipio de Santa Rita, departamento de Santa Bárbara, zona occidental del país.
los nombres de los fallecidos eran José Luis Jiménez, de 32 años de edad; Celso Amaya Castellanos, de 40 años, y José López Hernández.
Por otro lado, medios locales manejan que los ciudadanos estaban pescando en el río Ulúa. Supuestamente hubo una discusión entre ellos y uno de ellos tomó el arma y le disparó a los demás.
Además, se maneja que las personas andaban en estado de ebriedad. Esto habría empeorado la discusión.
La Policía Nacional de Honduras (PN) detuvo al supuesto responsable horas después y aseguró que lo hizo porque tenía problemas personas con una de las víctimas.
Uno de los ahora occisos tenía al menos 15 días de haber regresado de México, pues pretendía pasar Navidad y Año Nuevo con su familia.
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