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viernes, noviembre 22, 2024

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EEUU.-Tuvieron que pasar cuatro episodios para que «Game of Thrones» de HBO mostrara el primer cambio significativo en cuando al equilibrio de poderes, pero no en Westeros, sino en Essos.

En el Muro, Jon Snow (Kit Harington) empaca sus cosas para irse, pues ya no tiene nada que hacer tras haber sido asesinado y, posteriormente, traído de vuelta. En esas, Sansa Stark (Sophie Turner) llega a buscar refugio y le plantea la situación: es necesario recuperar Winterfell. Jon no está convencido, todo lo contrario a Melisandre de Asshai (Carice Van Houten), quien solo está segura de una cosa: seguirá al ex lord comandante a donde este quiera.

La «carta del bastardo»

Más adelante, la situación no le da muchas opciones a Jon Snow, pues Ramsay Bolton (Iwan Rheon) sabe que Sansa ha ido a pedirle ayuda. Es aquí donde entra en juego la «carta del bastardo», donde el señor de Winterfell establece sus intenciones: o le entregan a Sansa o arrasa el norte con todos los salvajes que hayan cruzado el Muro.

En The Eyrie, Petyr Belish (Aidan Gillen) muestra que tiene a Jon Arryn (Lino Facioli) en el bolsillo. Este joven nunca ha sido el más equilibrado o razonable, lo conocimos como un niño mimado y la situación no ha cambiado, pues solo reemplazó la teta de la madre por un halcón en peligro de extinción. Literalmente.

Baelish lo manipula para contar con su ejército y llevarlo al norte para ayudar a Sansa, lo cual es recibido con desconfianza por Yohn Royce, cuya casa es leal a los Arryn. Pero el señorito está demasiado concentrado con el halcón como para lidiar con su seguidor y se pregunta si debe arrojarlo por la puerta de la luna. Al final, es Baelish quien intercede para mantener con vida a Royce, una declaración de poder sin que hay corrido sangre. Te caiga bien o no, hay que reconocer que Baelish conoce el juego.

Pero no nos engañemos, lo ocurrido en The Eyrie en este episodio de «Game of Thrones» fue por momentos muy simplificado, algo visto en niveles mayores con las Serpientes de Arena, quienes toman el poder de un momento a otro, sin que existan indicios para justificar el golpe de estado. O como en el norte, donde Ramsay parece tener de su lado, casi sin esfuerzo, a dos casas subalternas de considerable poder. Le daré el beneficio de la duda a Ramsay, pero en The Eyrie, si no se desata una guerra civil, será decepcionante.

En King’s Landing, Margaery Tyrell (Natalie Dormer) y su hermano Loras (Finn Jones) están contra las cuerdas. La primera no quiere confesar ningún pecado, mientras que el segundo solo busca que todo acabe, pues ya tuvo suficiente castigo (al parecer, los gorriones también lo golpearon). Si ella se rinde, el Pequeño Concilio del rey Tommen actuará, pues ya fue suficiente con a Cersei Lannister (Lena Headey) caminando calata por la ciudad como para que le hagan lo mismo a otra reina. La posibilidad de que Margaery confiese es llevada al concilio por Cersei, quien la escucha de Tommen.

Salvar a Margaery, quien solo merece su desprecio, parece ser lo que Cersei Lannister necesita para recuperar el poder que creyó tener.

"Game of Thrones"
Tyrion Lannister (Peter Dinklage) hace gala de la maña política en «Game of Thrones» .

El momento cumbre en «Game of Thrones»

Para variar, lo más interesante del episodio ocurrió al otro lado del Mar Angosto. Tyrion Lannister (Peter Dinklage) hace gala de la maña política que mostró en la segunda temporada, ahora con los maestros esclavistas. La propuesta es que dejen en libertad a los cautivos a lo largo de siete años y eviten así una guerra contra Meereen. Para sellar el acuerdo les envía mujeres, porque ya sabemos cómo es Tyrion. Lo pudo ser solo una negociación nos lleva a conocer los dilemas de Missandei y Grey Worm, a quienes no le hace gracia negociar con esclavistas, así que verlos aceptar mientras entienden que es lo necesario pero no lo correcto, es un momento donde ambos personajes crecen.

El momento cumbre esta semana en «Game of Thrones» se dio en Vaes Dothrak. Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) elige quedarse y no huir cuando Jorah y Daario le dan la oportunidad. En el concilio de los khals, aprovecha que el desprecio hacia ella para distraer a todos y así quemarlos vivos con los brazeros. Khal Moro y sus colegas solo podían salir extra crispy del lugar, pero Dany no. Ella, después de todo, es la que no se quema.

Como los dothraki empiezan a ver a Daenerys como una diosa, este parece ser el mejor momento para cruzar el Mar Angosto y tomar control de Westeros. Pero ella no ha podido controlar a Meereen, así que las esperanzas de poner bajo su mando a todos los Dothrakis no son del todo altas. Sí, la idolatran, pero «Game of Thrones» ha mostrado que las cosas no son tan simples como parecen a pesar que, cuando le conviene, parece olvidarlo.
PENSAMIENTOS SUELTOS

1-Lo más emotivo del episodio: el abrazo de Jon y Sansa. Ver a dos Starks reunidos es algo que la serie le debe a todos.

2-La carta de Ramsay es poco impresionante si la comparamos a la versión de la quinta novela de George R.R. Martin, pero mantiene lo básico. Casi puedo imaginar una canción compuesta solo por «bastardo» y «ven a ver».

3-Escuchar a Brienne decirle a Davos que mató a Stannis es una de las razones por las que la queremos como personaje. Su honestidad no es algo que compartan muchos personajes y sobrevivan para contarlo.

3-Las miradas de Tormund a Brienne hablaron por sí mismas. Si revisan Twitter, el shippeo abunda.
Fuente: El Comercio de Perú
Alfonso Rivadeneyra García
Periodista
@alrivadeneyra

 

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