REDACCIÓN. La capital de China, Pekín, se vio sumida este lunes en una gran tormenta de arena, considerada por sus autoridades como la mayor de los últimos diez años, lo que conllevó la cancelación de 350 vuelos con despegue en la capital china y agravó todavía más los problemas de contaminación.
La combinación de ambos fenómenos dio lugar a un cóctel peligroso para la salud y redujo la visibilidad en varios conductores. La mayoría de ellos no tuvieron más remedio que estacionarse para evitar un accidente automovilístico.
No es ningún evento paranormal
Si bien no suelen ocurrir tan seguido, las tormentas de arena, procedentes del cercano desierto de Gobi, son muy comunes y frecuentes en primavera en el norte de China, pero los pekineses no habían constatado un cielo tan cargado de polvo desde hace años.
El Ayuntamiento de Pekín, una ciudad de más de 20 millones de habitantes, suspendió todas las actividades deportivas en el exterior en los centros escolares. Además se aconsejó a las personas que padezcan problemas respiratorios que no salgan de casa.
A pesar de su peligrosidad, la mayoría de los habitantes acudieron a trabajar este lunes, con la cabeza bien tapada y algunos, incluso, con gafas protectoras o redecillas. «Tengo la sensación de que cada respiración me acarreará problemas pulmonares», declaró una habitante de Pekín a la AFP.
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“Parece que viviéramos en Marte”
“Esta es la calidad de vida que tenemos en China, parece que viviésemos en Marte”, comentó un ciudadano al portal Efe.
Sin embargo, otras personas tomaron la tormenta de arena con sentido del humor, donde utilizaron sus redes sociales para hablar de la densa capa de polvo y arena. Muchos compararon las escenas vividas hoy con las de películas apocalípticas como «Mad Max» o «Blande Runner».
Por otr lado, empresas como Blueair, aprovecharon el clima y enviaron a sus clientes anuncios sobre sus últimos modelos de purificadores de aire.
En los últimos años han escaseado los episodios de contaminación extrema en la capital china, pues el combate contra esta situación se ha convertido en un importante desafío en el país, que quiere alcanzar la neutralidad en emisiones de carbono para 2060.
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