TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Desde que se registró el primer fallecimiento por COVID-19 en Honduras el pasado 25 de marzo de 2020, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (FUSINA) daba acompañamiento en los entierros de las víctimas.
Sin embargo, ayer, lunes, Homer Mejía, coordinador nacional de vigilancia de la Secretaría de Salud, confirmó que esa fuerza de seguridad ya no asiste los sepelios y en una entrevista a un medio explicó las razones.
La evidencia científica demostró que cuando una persona muere por COVID-19, sus restos se entregan en un ataúd sellado, explicó Mejía.
Inicialmente, las autoridades prohibieron la presencia de varios familiares en los actos fúnebres de las víctimas. No obstante, «se le puede dar permiso (a los familiares), pero solamente un velatorio corto de la familia directa de él y luego enterrarlo».
En ese sentido, FUSINA ya «no está acompañando a los entierros de los cadáveres, porque la evidencia científica nos ha dicho que no es de esa manera la transmisión, sino que es por la aglomeración de personas», aseveró Mejía.
El funcionario de la salud enfatizó que las aglomeraciones en los velatorios también contribuyen a la propagación del virus, y por ende, mayor número de contagios.
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Denuncia
La Asociación de Funerarias de Honduras, a través de su secretario, Jesús Morán, denunció que «en Tocoa entregaron cadáveres en la noche» y los familiares no los llevan a los cementerios sino a sus hogares para velarlos.
«Abren la bolsa y la gente se contagia. Al principio de la pandemia, FUSINA acompañaba a las personas para enterrar a los fallecidos de COVID-19 pero desde agosto del año 2020 se desentendieron«, cuestionó.
Cifras
A la fecha, el Sistema de Gestión de Riesgos (SINAGER), registra 3,614 muertes a causa del COVID-19, mientras que los casos confirmados ascienden a 148,951 a nivel nacional.
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