TEGUCIGALPA, HONDURAS. Para pagar deudas de los transportistas se reorientarán los fondos que ascienden a L355 millones que estaban destinados para sustituir las unidades «chatarras» por nueva flota, según indicó Pyubani Williams, comisionada presidente del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT).
Roberto Antonio Pineda, secretario de Infraestructura y Servicios Públicos (INSEP), fue el proyectista del dictamen relacionado a la reorientación de fondos. La reforma se manifiesta en el Decreto Legislativo 100-2017, mediante decreto número 59-2019, ya publicado en «La Gaceta».
El antiguo decreto estipulaba que dichos fondos, se debían utilizar «para modernizar la flota mediante compra al contado o contraparte de autobuses en el Distrito Central; especialmente para ser entregados en propiedad a favor de los Consorcios Operativos y Empresariales».
Sin embargo, la reforma indica que los L355 millones se destinarán para el pago de un bono compensatorio excepcional. Esto, a favor de los concesionarios del servicio de transporte público.
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Consecuencias de la COVID-19
La reforma también explica que debido a los efectos directos en el sector trasporte que ocasionó la pandemia mundial generada por la COVID-19, «los 355 millones de lempiras se deben invertir en temas fundamentales del sector transporte, como el sostenimiento de la tarifa y la continuidad de la prestación del servicio».
«Consecuentemente, el alcance de la reforma es redirigir los fondos ya aprobados, destinándolos al mismo sector al que originalmente le fueron asignados».
No obstante, «en una esfera distinta, considerando el proyectista, que, en este momento de reapertura económica del país, es prioritario garantizar L355 millones que eran para sacar chatarras se irán a pago de deudas. Además del mal estado de los buses, los pasajeros usualmente se quejan por la mala atención de los conductores y ayudantes de las unidades de transporte público«, agrega la reforma.
En consecuencia, los fondos ya no se utilizarán para la renovación de las unidades, como era el objetivo inicial.
«Se pagará una parte»
Sobre las unidades en mal estado, los usuarios capitalinos se quejan constantemente y solicitan la renovación de las flotas.
No obstante, los transportistas argumentan que la pandemia de la COVID-19, dio lugar a la paralización de ese rubro por seis meses. En consecuencia, se aumentaron los compromisos financieros que tienen; por tanto, ahora se cancelarán con el dinero que estaba previsto para el reemplazo de los vehículos.
«Con el dinero se va a pagar una parte, porque, en realidad, lo que debemos ronda los mil millones de lempiras», dijo Jorge Lanza, dirigente del citado rubro.
Según Lanza, las responsabilidades que pesan sobre ellos, son por concepto de créditos en las «tarjetas de bancos, préstamos por los buses que tenemos que pagar. También deudas que se tienen en el sector transporte que se tienen que honrar, no en todo, en una parte de ellas», puntualizó.
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