TEGUCIGALPA, HONDURAS. Ante el amontonamiento que se registró ayer, en la cárcel de máxima seguridad «La Tolva», el comandante de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), Amílcar Hernández, denunció que existen trabajadores de los derechos humanos que tienen vínculos con grupos criminales.
«Hay funcionarios de derechos humanos que están trabajando con las estructuras criminales, lo que no es correcto», manifestó Hernández.
Las respuestas del comandante son consecuencias de las acusaciones de varias organizaciones defensoras de derechos humanos. Esos grupos han dicho que la tragedia que hubo en «La Tolva» ayer, fue a causa de que las pandillas estaban «inconformes» con las medidas tomadas por las autoridades de ese centro penitenciario.
Denuncias
«Si no somos objetivos y no nos quitamos las máscaras, no vamos a llegar a ninguna parte. Nosotros tenemos información proporcionada por los mismos miembros de las estructuras criminales, quienes al ingresar a las cárceles encuentran que no era lo que ellos esperaban», dijo.
Asimismo, el teniente también advirtió que, lo que él dice no son para nada «rumores», e inclusive el asunto ya está en manos de agentes de la fiscalía, agregó.
«Toda esa información está en poder de los fiscales. En realidad esa información no es un chisme, sino que es algo confirmado que establece que hay miembros de las organizaciones de derechos humanos involucrados con pandilleros», afirmó.
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Acusación
Amílcar Hernández sostuvo que la Asociación de Familiares de los Privados de Libertad (ASOCIDE), ha recibido dinero de pandillas.
«Para el caso, la Organización No Gubernamental (ONG) Asociación de Familiares de los Privados de Libertad, que dirige Delma Ordóñez, ha recibido dinero de la MS-13. Le dio unos 250 mil lempiras para financiar los gastos de su personalidad jurídica», acotó.
Diario Tiempo intentó comunicarse con Delma Ordóñez, para conocer su opinión sobre la acusación de Hernández, pero no hubo respuesta de ella.
Finalmente el comandante, no quiso profundizar más en el tema, pues no quiere causar problemas, sostuvo. Sin embargo, «no quitó el dedo del renglón» sobre la acusación de que existen organizaciones de derechos humanos que trabajan para esos grupos criminales.
«Los defensores de derechos humanos deben velar por el bienestar de todas las personas y no sólo defender a las pandillas, eso no es actuar con objetividad», concluyó.
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