CORTÉS, HONDURAS. La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Honduras) presentó los resultados de la encuesta sobre la juventud, empleo y migración en el Valle de Sula en tiempos de COVID-19.
El proceso se hizo en conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y con el auspicio de la Unión Europea y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
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Para los investigadores, la precariedad o la falta de oportunidades laborales inducen cada año a miles de jóvenes a formar parte de la migración irregular. Por todo ello Honduras dejó de ser un espacio de oportunidades, sobre todo en las dos principales ciudades: San Pedro Sula y Tegucigalpa.
Los resultados de esta encuesta que se realizó durante el tercer trimestre del 2020 especifican que en ese temporada el 31 % de los jóvenes se dedicaba solo a estudiar, el 36 % solo a trabajar, el 7 % trabaja y estudia y el 26% no hace ninguna de las dos.
Juan Ciudad, catedrático e investigador en UNAH-VS, indicó que 6 de cada 10 entrevistados son nativos. Reveló que el 38.7 % son migrantes, es decir, nacieron fuera del Valle de Sula.
El 61.8 % de esta población proceden en mayor medida del departamento de Cortés y el 6.9 % proviene de otros municipios de Valle de Sula.
«En las zonas bajamente urbanizadas, es decir, los municipios con mayores características rurales, tienen un alto porcentaje de población que no trabaja ni estudia», añadió.
Un panorama sombrío
Los investigadores puntualizaron que el 64.7 % de los jóvenes en el país vive en condiciones de pobreza y la cobertura de la educación pública media llega al 29 %.
El panorama es sombrío y se agravará más como producto de la emergencia sanitaria que atraviesa el país a causa de la COVID-19, afirmaron.
Apenas la semana pasada, FLACSO también informó que seis de cada diez jóvenes hondureños tienen la expectativa de migrar del país al culminar sus estudios de educación media.
Para el informe, encuestaron individualmente a estudiantes de los últimos años de bachillerato técnico profesional. Ellos tomaron muestras de 2,087 personas, durante el periodo de junio a septiembre del 2018.
Jóvenes sin oportunidades
El sociólogo José Luis Herrera externó que el desempleo y la falta de oportunidades son factores que generan desesperanza en los jóvenes y en la población en general.
«Definitivamente el contexto en el que estamos pone en precariedad el acceso a un empleo digno. A los jóvenes se les da trabajo en el país pero les solicitan hasta tres años de experiencia», explicó.
Herrera además mencionó que a todos los problemas se suma la violencia que se vive en el país, tanto la política como la generalizada. Agregó que las consecuencias que se pueden tener cuando los jóvenes no estudian ni trabajan son las ya conocidas.
«Hemos visto las caravanas de migrantes formadas en su mayoría por jóvenes, hombres y mujeres que buscan mejores condiciones de vida. Estamos en un país que no ofrece oportunidades ni esperanza de que haya un cambio», sostuvo.
El sociólogo determinó que a raíz de todo el escenario al joven no le queda más remedio que involucrarse hasta en el crimen organizado.
«Necesitamos una respuesta concreta por parte del Estado. No solo es la ciudadanía, ellos no ofrecen garantías a la población. Mientras eso no cambie, el conflicto seguirá en escalada», expuso.
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