REDACCIÓN. La fiebre o pirexia es un signo médico que se manifiesta cuando la temperatura corporal está por encima de los valores normales. Este es un mecanismo de protección, y la mayoría de la población ha pasado por ella en algún momento de su vida.
Los motivos por los que presentamos fiebre son muy diversos. Muchas veces, está asociada a la presencia de organismos patógenos en el cuerpo, los cuales son identificados como sustancias extrañas y ajenas.
Esto nos lleva a preguntarnos por qué sube la temperatura corporal durante los episodios de fiebre. En primera instancia puede parecer contraproducente, pues al malestar causado por el germen en cuestión se le suman todos los síntomas asociados a un aumento anormal de la temperatura en el cuerpo.*6
Sin embargo, como todas las respuestas fisiológicas humanas, la fiebre tiene un significado evolutivo. Te contamos cómo resulta necesaria para la supervivencia.
¿Qué se considera fiebre?
Como regla general, cualquier temperatura corporal por encima de los 37 °C representa un episodio de fiebre. Aún así, se pueden presentar cuatro tipos de este signo médico:
- Febrícula: cuando la temperatura corporal no pasa de 38 °C. Esto es lo que todos conocemos como tener unas décimas.
- Fiebre moderada: la temperatura oscila entre los 38 y 39 °C.
- Alta fiebre: superior a 39 °C.
- Hiperpirexia: cuando la temperatura es igual o mayor de 40 °C.
Cuando un paciente entra en un cuadro de hiperpirexia, las complicaciones aparecen rápido. Pueden sucederse una serie de desnaturalizaciones de las proteínas del sistema nervioso, con múltiples fallos asociados y una elevada probabilidad de muerte si no se brinda atención médica inmediata.
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¿Por qué sucede?
Esta respuesta del cuerpo ante agentes externos puede volverse en nuestra contra si no se controla. Entonces, vale de nuevo la pregunta sobre la utilidad de la misma. ¿Por qué el cuerpo genera temperatura si puede ser perjudicial?
En primer lugar, hemos de ver la fiebre como un mecanismo de defensa ancestral. El hipotálamo, sección del cerebro encargada de regular la temperatura corporal, manda señales para aumentarla cuando identifica en la sangre unas moléculas denominadas pirógenos.
Un pirógeno es cualquier sustancia productora de fiebre. Estos suelen ser polisacáridos, por ejemplo, restos o productos de la pared celular de las bacterias, también.
El sistema inmune, causante de inflamación, responde como protección ante la presencia de invasores en el cuerpo humano. De esta forma, la fiebre es un elemento más para defenderse.
La esperanza del sistema interno corporal es que, aumentando la temperatura, los microorganismos más sensibles ante los cambios mueran al ser expuestos a valores más altos. La mayoría de las bacterias y virus que causan infecciones prosperan a los 37,5 ºC.
Al aumentarse la temperatura, los microorganismos dejan de reproducirse. O al menos, no lo hacen de manera tan rápida y efectiva. Así, su vulnerabilidad ante los agentes del sistema inmune aumenta. La fiebre es, por lo tanto, un mecanismo evolutivo con una finalidad clara: debilitar a los microorganismos patógenos.
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