TEGUCIGALPA, HONDURAS. El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA.), José Jorge Fortín Aguilar, aseguró que tanto él como la institución están preocupados por las recientes muertes que han ocurrido en la institución castrense.
El funcionario afirmó que cada una de las muertes que se han registrado recientemente en las FF.AA. es algo que lamentan, pero aclaró que no ha sido culpa de los instructores
Para Fortín, detrás de los decesos puede haber enfermedades u otras circunstancias.
De forma oficial, las Fuerzas Armadas confirmó la muerte del teniente Nelson Humberto Álvarez, de 26 años de edad. El miembro de la institución perdió la vida el 19 de octubre durante una prueba física que consiste en correr durante tres kilómetros y que es preámbulo de un curso de combate.
José Coello, vocero de las Fuerzas Armadas, confirmó la muerte del oficial, pero indicó que no murió por las pruebas físicas.
Preocupación en las FFAA
José Fortín Aguilar manifestó que como autoridades de las FF.AA. están consternados y preocupados por esta situación.
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“Estamos claros que no hubo abuso en ningún momento, pero ese es un aspecto que preocupa, creemos que esto es a raíz de la COVID-19 y otros aspectos. Estamos en proceso de investigación y que en los próximos días se arrojen resultados precisos”, declaró el jefe de las FF.AA.
Advirtió que cada una de las muertes no quedarán impunes, pues ya están investigando y esperan que en los siguientes días se tengan respuestas claras.
Asimismo, el militar expresó que las Fuerzas Armadas de Honduras están en toda la disposición de colaborar con el Ministerio Público (MP).
Muere nuevo aspirante a soldado durante pruebas físicas
Un nuevo aspirante a soldado falleció la noche de ayer, domingo, luego de sufrir complicaciones tras finalizar unas pruebas físicas en el Centro de Adiestramiento de las Fuerzas Armadas (CAMFFAA).
Esta vez se trata de Samer Adonis Ardón Zavala, un joven de 18 años de edad, quien presuntamente murió a causa de un ataque respiratorio.
De acuerdo con lo revelado por las autoridades, el joven estaba asignado al Sexto Batallón de Infantería en Olancho, donde cumplía con su entrenamiento. No obstante, al concluir con la rutina, presentó un fallo respiratorio y rápidamente fue llevado hasta un centro asistencial de Tegucigalpa, donde falleció.
El diagnóstico preliminar de muerte indica que es por un shock séptico respiratorio, sumada de una falla multiorgánica, debido a que el aspirante a tropa recién había realizado su ejercicio físico.
Con este nuevo deceso, suman siete, entre aspirantes y tenientes, que en menos de 40 días han perecido extrañamente en los institutos policiales.
Hasta el momento, las autoridades del Ejército han asegurado que las víctimas se complicaron al hacer ejercicio rutinario. Asimismo, afirman que no han perecido a causa de entrenamientos fuertes, de tortura o por sometimiento a gas lacrimógeno.
