CORTÉS, HONDURAS. Una recompensa de 100,000 dólares está ofreciendo el FBI por información que conduzca directamente al arresto de Yulán Adonay Archaga Carías, a quien en Honduras conocen como Alexander Mendoza, alias «El Porkys».
Según la información compartida por el FBI, a él lo consideran uno de los 10 prófugos más buscados. El FBI señaló que «El Porkys» utiliza dos fechas de nacimiento: 13 de febrero de 1982 y 21 de enero de 1982.
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Entre sus características, FBI menciona que él tiene cabello negro, ojos color café, de raza blanca, nacionalidad hondureña, con una estatura de 5 pies, 5 pulgadas y un peso de 160 libras.
Lo posiciona como el presunto líder de la Mara Salvatrucha (MS-13) en Honduras, y además, dice que él proporcionaba apoyo y recursos a la «empresa» de la estructura criminal en Centroamérica y EE.UU. con armas de fuego, narcóticos y dinero en efectivo.
Acusaciones
En la alerta emitida, las autoridades afirman que «El Porkys» sólo habla español y lo acusan de conspiración para asociarse delictivamente, conspiración para importar cocaína, tenencia de ametralladoras y conspiración para tener ametralladoras.
Estados Unidos afirma que Archaga Carías es responsable de apoyar el transporte de cargas de cocaína a través de Honduras.
A «El Porkys» también lo señalan de haber ordenado asesinatos y participar directamente en otros crímenes contra grupos rivales e incluso asociados con la MS-13. La investigación de este caso forma parte de las tareas de la Fuerza de Tareas Conjunta Vulcano. «Se le considera armado y sumamente peligroso«, dice el FBI.
Asimismo, determinaron que si alguna persona tiene información sobre él, puede ponerse en contacto con la oficina local del FBI o con la embajada o consulado estadounidense más cercano.
Fuga de «El Porkys»
El pasado 13 de febrero del 2021, hace exactamente un año atrás, causó asombro en la población hondureña un escape nunca antes visto en el país y que quedó grabado por las cámaras de la sede judicial en El Progreso, Yoro.
Más de 20 hombres con armas de grueso calibre, camuflados con indumentaria falsa de las fuerzas de seguridad del Estado, llegaron a los tribunales. Ellos traían consigo un individuo que aparentaba ser un imputado más que llegaba al recinto para proseguir el proceso en su contra. Parecía un convoy de seguridad de rutina para evitar una fuga.
Sin embargo, con tal fachada, y con plena ironía, solo tenían un objetivo: liberar a un procesado, Alexander Mendoza, alias «El Porkys«.
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