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viernes, noviembre 22, 2024

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Yoro, Honduras.- Este jueves, 29 de diciembre, le dieron el último adiós al hondureño Wilberto Teruel Lemus, quien falleció asesinando la noche del martes en El Progreso, Yoro.

Entre lágrimas y desconsuelo, sus parientes se movilizaron al cementerio para poder sepultar sus restos.

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El momento fue bastante duro y el llanto de las personas resonaba por todo el camposanto.

Pero los parientes y amistades del también miembro de la Policía Nacional (PN) aprovecharon para exigir justicia.

En breves declaraciones a medios de comunicación, señalaron que piden a las autoridades dar con el paradero de los responsables.

Velorio de policía en El Progreso
Los familiares lloraban sobre el féretro del hombre ayer, miércoles, en su velatorio.

¿Cómo murió Wilberto?

Se conoció que el hondureño iba saliendo de su negocio ubicado en barrio Los Ángeles de El Progreso. Fue en ese momento que sujetos lo interceptaron para dispararle.

Su cuerpo quedó en la acera y los paramédicos llegaron sólo para confirmar que el cuerpo ya no tenía signos vitales.

Relatos de su esposa

Dania Trochez, esposa del agente, relató en Hoy Mismo: «Teníamos planes y metas que ya no se pudieron lograr más».

También, agregó que cinco minutos marcaron la historia totalmente, pues ella también pudo ser una víctima. La viuda narró que se acababa de ir de la tienda que abrieron hace tres semanas.

La pareja vivió casi toda su vida en el barrio Los Pinos en El Progreso, ahí nació su hijo hace 4 años. El policía tenía una hija de una relación anterior.

Policía asesinado
El policía de 35 años estaba asignado a la seguridad del alcalde progreseño, Alexander López.

Nunca habían sentido temor

«Era una persona buena, amorosa, un excelente padre, que mi hijo jamás lo podrá tener. Era un buen ser humano y trabajador, trabajábamos mucho», expresó entre lágrimas.

Por otro lado, la mujer mencionó que ellos nunca tuvieron temor de trabajar hasta horas de la madrugada, pues nunca habían sido víctimas de robos o asaltos y hasta se iban caminando hacia su vivienda.

Dania añadió: «Es difícil, se siente impotencia al ver a un ser amado como cualquier cosa y sin esperanza alguna de saber qué sucedió en realidad».

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