TEGUCIGALPA, HONDURAS. En los últimos días, la Secretaría de Salud (SESAL) llevó a cabo brigadas médicas en la Penitenciaría Nacional de Támara con el objetivo de evaluar el estado de su salud de los privados de libertad.
Los beneficiados fueron un total de 578 reclusos, quienes se sometieron a la revisión médica para analizar diversas afecciones.
Entre las atenciones brindadas, se realizaron 140 pruebas PCR, así como para detectar el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y hemogramas. De igual forma, los privados de libertad pudieron acceder a consultas odontológicas, donde se les extrajeron piezas dentales dañadas y se les aplicaron empastes a los dientes con caries.
Las autoridades detallaron que todo el proceso se hizo a lo largo de la semana, con el fin de monitorear la salud física de los prisioneros. Sobre todo, ahora, con el peligro que representa contagiarse con COVID-19.
Asimismo, indicaron que el día de ayer, jueves, se asistió a los privados de libertad pertenecientes al módulo de «Casa Blanca»; teniendo como prioridad a las personas que sufren de enfermedades crónicas y, a aquellas que presentaron algún tipo de malestar.
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Evaluaciones médicas constantes
Las autoridades de salud aseguran que las evaluaciones a los reclusos han sido constantes, desde antes que se confirmara el primer caso positivo al mortal virus.
Además, afirmaron que todos los privados de libertad que resultaron contagiados, han recibido la atención médica debida.
Hasta la fecha, un total de 219 prisioneros están a la espera de los resultados de una segunda prueba PCR, para confirmar si al fin pudieron vencer el COVID-19. Por lo que, de ser así, tendrán que regresar a sus módulos previamente asignados.
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