TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El 4 de noviembre de 2020, Eta que un día atrás se fortaleció rápidamente bajó su intensidad y se convirtió en tormenta tropical, pero sin entrar a Honduras estaba causando serios daños e inundaciones impactantes.
El sitio de meteorología Windy.com, determinaba que Eta ingresaría al país por el departamento de El Paraíso al rededor de las 2 de la tarde. Expertos de la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) coincidían en que ese día entraría.
Tal y como lo predijeron los expertos Eta entró a Honduras como una depresión tropical y a pesar de que su fuerza disminuyó los daños por las lluvias eran incontenibles pues habían dejado ríos desbordados y comunidades bajo el agua.
A las 8 de la noche «el ojo» del ciclón pasaba por la zona oriental de país y se esperaba que se moviera rápidamente hacia Olancho y posteriormente pasara por Yoro.
Declaran alerta roja en toda Honduras
Luego de ver los daños que había causado la tormenta tropical, las autoridades decidieron emitir alerta roja en todo el territorio hondureño.
A pocas hora de haber ingresado, el presidente Juan Orlando Hernández dijo que Eta podría generar grandes daños. Asimismo solicitó que los hondureños se mantuvieran al tanto de los informes que brindara COPECO.
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Una ola de falsas noticias
Mientras Honduras estaba bajo las frías aguas que dejaba Eta, las redes se saturaron de información falsa que causó más pánico del que ya había.
Una de las primeras situaciones que alarmó a los ciudadanos fue ver un video en el que se observaba a unas vacas siendo arrastradas por la corriente de un río que presuntamente era en Puerto Cortés. Sin embargo, más tarde se confirmó que el video había sido grabado en México.
Además se difundió una cadena de WhatsApp en la que se afirmaba que ese día habría un apagón de energía a nivel nacional. Esta situación causó histeria, tanto que las velas se escasearon y en los centros de venta solo estaban vendiendo una por persona.
Otra noticia que causó pánico fue la supuesta caída del Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino en Tegucigalpa, el cual había dejado vehículos dañados. Después se logró constatar que la información era falsa.
Primeros daños en Danlí
Mientras tanto, la zona oriental del país recibía las primeras consecuencias que dejaba Eta. Primero el tramo carretero entre los municipios de Danlí y Trojes, en El Paraíso, debido al desbordamiento de un río en la aldea Las Quebradas.
Además, se desbordó el río del sector de El Matazano, quedando incomunicada la comunidad de el Valle de Jamastrán. Además, en este mismo sector se inundaron 15 viviendas.
La comunidad de agricultores también se vieron afectadas en esta parte del país, pues con tan solo 4 días de lluvias, se habían perdido cultivos de maíz y frijol.
En un recuento de daños, se podría decir que el municipio de Trojes fue el más afectado, pues varias comunidades quedaron incomunicadas.
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Desborde de ríos, colapso de puentes y carreteras intransitables
Las lluvias no cesaban y el miedo tampoco. Los pobladores de la zona norte comenzaron a sentir la furia de este temible ciclón llamado Eta.
En La Ceiba tras el desbordamiento del rio Cangrejal, el puente Saopín, que conecta a La Ceiba con Tocoa, colapsó y el tramo carretero quedó incomunicado y las autoridades decidieron cerrar todos los puentes de esta ciudad.
Además, los pobladores del municipio de Arizona, Atlántida, vivieron dramáticos momentos, luego de que el Cuerpo de Bomberos realizara el rescate de un ciudadano. El hombre era arrastrado por las turbias aguas en el río Lean.
Siempre en la zona norte, el puente del río Bonito estaba a punto de colapsar debido a la excesiva crecida del río. Esto significaba un peligro pues de derrumbarse quedaría completamente incomunicado el Litoral Atlántico.
Colón, uno de los departamentos más afectados hasta ese momento, quedó incomunicado desde el lado de Sonaguera hasta la salida de Tocoa. Esto se ocasionó por el desbordamiento del río Tocoa.
Mientras en algunos lugares los ríos se desbordaban y los puentes corrían el riesgo de caerse, Potrerillos y Pimienta, en Cortés, ya se encontraban sumergidas en el agua. A través de unos videos que circulaban en redes se observaban kilómetros enteros llenos de agua.
En este lugar las personas perdieron todo, sus casas no se lograban observar, además los familiares vivían angustiados de no saber si habían logrado salir o no. Esta zona sufría los desbordamientos del río Blanco, Humuya y el Ulúa.
A pesar de que Tegucigalpa no era uno de los lugares más afectados, las lluvias no paraban y por esto el cauce del río Choluteca incrementó. Las personas que habitaban a las orillas de este importante afluente tuvieron que evacuar de inmediato.
Pimienta desapareció
Cuando consideraban que la tormenta estaba por salir del país, llegó lo peor, el municipio de Pimienta, Cortés, quedó completamente sumergido. Los techos de las casas apenas se lograban ver y las luces de los postes eran lo único que brillaba en medio de tanta oscuridad.
Otra zona que estaba siendo sumamente dañada fue la comunidad de Nueva Florida, Morazán en Yoro. Las personas con un rostro de resignación y dolor exclamaban «lo material se recupera», tras ver que sus pertenencias eran llevabas por la corriente.
Por otro lado, la carretera que conduce de El Negrito a Morazán, se partió en dos, tal cual el mar se abrió para Moisés. Este hecho provocó que un carro fuera arrastrado por la peligrosa corriente del río.
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«El Cajón» llega a su límite
En horas de la tarde y noche del 4 de noviembre, se informó que debido a las constantes lluvias, la represa hidroeléctrica «El Cajón» estaba cerca de llegar a su máxima capacidad.
Las autoridades mantuvieron el monitoreo del nivel de la represa y se negaban a realizar una descarga pues aseguraban que «todavía aguantaba».
Sin embargo, en el trascurso del día el agua subió su nivel y las autoridades informaron que se realizaría la primer descarga el día 6 de noviembre de 2020.
Primeros muertos de Eta
El caos, el dolor y el luto comenzaban a apoderarse de Honduras. El cuarto día, cuando apenas Eta entraba a Honduras, ya se reportaban 4 personas fallecidas, entre ellos dos menores de edad.
En Santa Bárbara una niña de dos años se convertía en la cuarta víctima mortal que dejaba esta tormenta tropical. Según los relatos, la menor falleció ahogada, cuando se le soltó a la madre de los brazos y corrió hacia las turbias aguas y fue arrastrada.
Además, la primera fallecida fue una niña de 12 años identificada como Noralis Gámez Bonilla, que murió cuando cedió un muro de su hogar. Mientras que el segundo fue un hombre que quedó varado en los cayos Misquitos. La tercera muerte ocasionada por Eta se reportó en Intibucá, en donde un hombre pereció ahogado.
El Feriado Morazánico
Mientras el país se hundía, las autoridades del gobierno y la empresa privada continuaban con la mirada puesta en el famoso Feriado Morazánico que había sido movido para los primeros días de ese mes. Sin embargo, Eta había frenado los planes de los vacacionistas.
Las lluvias, los muertos, las inundaciones no bastaban para las autoridades y el Congreso Nacional se reunió para modificar las fechas del feriado. El Poder Legislativo determinó que sería el Consejo de Ministros quienes establecerían las nuevas fechas.
Mientras que el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), comunicó que la programación continuaba vigente, a pesar de la lamentable situación que se vivía.
Por otra parte, las autoridades del Aeropuerto Internacional Toncontín comunicaron que se cancelaban los vuelos debido a las condiciones inestables.
Entre tanto, los meteorólogos del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceánicos y Atmosféricos (CENAOS) predecían que este podía ser el ultimo día de la tormenta Eta en el país; sin embargo, el caos apenas comenzaba para Honduras.
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