REDACCIÓN. Cada vez aparecen más estudios que desmontan la idea de que el alcohol es «cardioprotector», ejemplo de ello es que solo una sola copa de vino puede aumentar el riesgo de sufrir un episodio de fibrilación auricular, el tipo de arritmia cardíaca más frecuente.
Una investigación de la Universidad de California ha demostrado por primera vez que el consumo de alcohol puede elevar sustancialmente el riesgo de que esta alteración del ritmo cardiaco ocurra en unas pocas horas tras la ingesta.
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«Contrariamente a la creencia común de que la fibrilación auricular está asociada con el consumo excesivo de alcohol, parece que una sola bebida alcohólica puede ser suficiente para aumentar el riesgo», señalan los autores del estudio.
La arritmia más común
Muchas personas en el mundo sufren fibrilación auricular y se calcula que un 10 % están sin diagnosticar. Se trata de la arritmia cardíaca (alteración del ritmo normal del corazón) más frecuente y es la responsable de hasta el 20 % de los ictus.
En la fibrilación auricular el corazón late de forma desigual y rápidamente, en lugar de hacerlo de forma regular y constante. Es como si temblara.
En condiciones normales, la frecuencia cardíaca es de 60 a 100 latidos por minuto, mientras que en la fibrilación auricular oscila entre 100 y 175 latidos por minuto.
Las consecuencias de esta arritmia pueden ser nefastas porque cuando el corazón late muy rápido la sangre puede acumularse y formar coágulos en una de las cámaras del corazón, que pueden viajar hasta el cerebro y provocar un ictus.
Factores de riesgo
Las investigaciones sobre la fibrilación auricular se han centrado sobre todo en los factores de riesgo para desarrollar la enfermedad y en los tratamientos.
Así pues, entre los factores de riesgo para desarrollarla se encuentran:
- La hipertensión, haber sufrido un infarto u otras enfermedades cardiovasculares.
- La predisposición genética, la obesidad, el estrés o la apnea del sueño.
- El abuso continuado del alcohol o el sedentarismo.
Sin embargo, los autores de este estudio señalan que se han analizado muy poco los factores que pueden provocar un episodio de fibrilación auricular. Y el alcohol, aunque sea en poca cantidad, puede ser uno de ellos.
Alcohol y fibrilación auricular
Es bien sabido que el consumo crónico de alcohol puede acabar desencadenando fibrilación auricular. Pero ¿qué ocurre si una persona sufre este tipo de arritmia y toma una copa de forma puntual? ¿No corre ningún riesgo? Con base en este estudio, parece ser que sí corre riesgos.
La investigación analizó los casos de 100 pacientes con fibrilación auricular que consumían al menos una bebida alcohólica al mes.
Cada participante utilizó un monitor de electrocardiograma durante cuatro semanas y presionó un botón cada vez que tomó una bebida alcohólica. Además, todos llevaban un sensor de alcohol de grabación continua.
También se les hizo periódicamente análisis de sangre que reflejaban el consumo de alcohol de los días anteriores.
Los investigadores observaron que el riego de sufrir un episodio de fibrilación auricular (se eleva la frecuencia cardíaca) era dos veces más alto si se había tomado una bebida alcohólica en las cuatro horas anteriores, y tres veces mayor con dos o más copas.
Así pues, el consumo crónico de alcohol no solo es causa de fibrilación auricular. Tomar una copa puntualmente también puede poner en jaque el corazón.
Control de la fibrilación auricular
La fibrilación auricular puede controlarse con fármacos antiarrítmicos cuyo objetivo es conseguir que el corazón tenga un ritmo normal o reducir la frecuencia cardíaca en los episodios de arritmia.
Otra opción es el implante de un desfibrilador o la ablación para bloquear las señales eléctricas anormales y restablecer el ritmo cardíaco normal.
Al margen del tratamiento adecuado para cada caso, es muy importante el control de los factores que pueden desencadenar un episodio de arritmia. Y el alcohol es, sin duda, uno de ellos.
No hay que olvidar que la fibrilación auricular puede limitar en gran medida la calidad de vida del paciente porque, mal controlada, puede provocar palpitaciones, dolor en el pecho y fatiga extrema.
Fuente: Saber Vivir.
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