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viernes, noviembre 22, 2024

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CORTÉS, HONDURAS. «Mi ‘choza’ está como salón de baile», así se refirió a su casa el joven universitario Denis Zelaya, pasante de la carrera de Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras del Valle de Sula (UNAH-VS), quien, actualmente, no tiene ninguna posibilidad de continuar sus estudios, pues los huracanes Eta e Iota se llevaron lo poco que tenía para recibir clases.

Denis Zelaya es un muchacho con varias limitantes económicas, las cuales han ido en aumento desde que inició la pandemia del Covid-19 y las dos inundaciones en su colonia, pero sus ganas de superarse y sacar adelante a su familia son más grandes que cualquier problema que se le presente.

Desde el 2014 persigue su anhelo de obtener su título como licenciado en Periodismo, pero no avanza en sus clases tan rápido como le gustaría por «falta de pisto» y porque a veces su trabajo se lo impide.

Si de sacrificios para alcanzar un objetivo hablamos, Denis es un gran ejemplo, pues ya «ha tocado ‘socarse la tripa’ (pasar hambre) para andar el pasaje». A veces también sufre de sed, porque «salen muchos imprevistos y no ajusta ni para una bolsa de agua«. Y por si fuese poco, «me he ido caminando hasta mi casa», cuando no anda ni para el pasaje de regreso. «Con muchas dificultades he cursado las clases que llevo pasadas«, agregó.

Denis Zelaya junto a unos compañeros de universidad.

Eta e Iota detuvieron su progreso

La casa de Denis es pequeña, no está repellada y su cerco es de alambre y troncos, la cual mantiene en pie junto a sus hermanas. Para muchos puede parecer poco, pero, para él, era todo lo que tenía, sin embargo, Eta e Iota la arrasaron.

«Nunca imaginé que el jueves 5 de noviembre mi vida iba a cambiar para siempre. Sabíamos que habría inundación, pero no de esta magnitud tan catastrófica. Cuando el agua rompió por La Planeta no había nada que hacer. Miré cómo el agua se llevaba todo nuestro esfuerzo de tantos años, perder cada libro, cada prenda de vestir, mi computadora…», dijo Denis mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

Ni a él ni a sus hermanas les dio tiempo para salir de su casa, mucho menos para rescatar algo, de hecho, estuvieron a punto de morir ahogados, según su relato. En medio del caos, hubo mucho llanto y dolor.

«El agua nos alcanzó y luchamos para vivir en esos momentos. Subimos a una terraza de un vecino para salvaguardar nuestras vidas», recordó. Allí durmió Denis, soportando el frío de la oscura noche y pudo bajar hasta en la mañana, cuando el nivel de la inundación disminuyó.

«Verla llena de lodo, destruida por dentro, todos nuestros esfuerzos el agua se los llevó en un abrir y cerrar de ojos. Se lloró, pero la vida sigue. Se ha limpiado la casa, pero todo se perdió. Cada vez los fondos escasean«, lamentó.

Así luce actualmente la casa de Denis, sin nada dentro.

«Veo lejos mi objetivo»

Eta e Iota pusieron freno a su avance universitario, él lo sabe, y no puede evitar sentirse desanimado, porque ya no tiene cómo pagar internet, tampoco pudo reparar su computadora, no tuvo dinero para pagar matrícula este periodo y además perdió las clases que cursaba a finales del año anterior.

«Sin poder entrar a la universidad, veo cada cada día más lejos el objetivo de ser periodista. Había matriculado clases, pero ante la pérdida de mi computadora, con dolor en mi alma, tuve que cancelarlas, no había nada que pudiera hacer», cerró.

Si usted desea ayudar a Denis Zelaya para que desista de su sueño, puede comunicarse con él al número telefónico +504 3178-6195


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