TEGUCIGALPA, HONDUDAS. Convaleciente, aún con molestias por el COVID-19, el abogado Andrés Wilfredo Urtecho, esposo de Carolina Echeverría, compartió unas dolorosas palabras luego del asesinato de su compañera de vida.
Urtecho se recupera del COVID-19 y de las heridas con las que resultó luego del asesinato de Carolina. No obstante, su corazón está destrozado, pues le han quitado a su esposa, su compañera durante 42 años.
A través de unos textos por WhatsApp, don Andrés escribió que «nada podrá devolverme a mi esposa, nos quedaba mucho por compartir. Es duro, nunca creí vivir algo tan duro. Ella me decía: ¿Gordo, si me pasa algo le voy hacer falta?».
«Pues hoy quiero decirle que tengo un enorme vacío que nunca será llenado, hasta que nos reunamos en el cielo para volver a ser felices. Veo difícil dejar de sufrir, era el amor de mi vida, será el eterno amor de mi vida», agregó.
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«No pude entrar a mi casa»
Tras los hechos, don Andrés estuvo interno en el Hospital Militar, debido a las heridas en su cuerpo y el COVID-19. Sin embargo, pronto recibió su alta médica y tenía que volver a casa, un momento muy difícil ya que Carolina no estaba.
Por eso escribió: «Ayer no pude entrar a mi casa a dormir, sentí que me asfixiaba, dormí donde mi hija pero hoy estoy desesperado por ir a mi casa, allí estaré más cerca de mi gran amor. Estará cada detalle que construimos juntos durante 42 años».
«El vacío en mi cama me abrumara, pero sé que la sentiré a mi lado aunque no esté, el no verla frente a su tocador arreglándose me hará falta, su llamada de ‘gordo venga’, será un sonido que hará falta en mi oídos. Dios mío, ¿por qué te llevas lo bueno y dejas lo malo en la tierra?», dijo don Andrés.
«Me creí un hombre valiente fuerte, que he enfrentado la muerte en varias ocasiones, pero hoy me doy cuenta que no es cierto. No paro de llorar al recordarla, qué difícil es Dios mío», escribió el viudo de Carolina Echeverría.
«Amor mío aunque no pude ir a dejarla a su pueblo, la mandé como era su deseo, a pesar de mi voluntad de enterrarla acá para tenerla más cerca e ir a verla a su tumba a cada momento. Cauquira si Dios lo permite será el lugar que más visite el resto de mi vida, exactamente su tumba. La amo gorda, la amo con todo mi corazón para siempre, usted es mi vida para toda la vida», finalizó.
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