DE MUJERES. La figura de Santa Claus es un tema bastante controversial entre científicos y padres. Algunos opinan que el mito es bastante dañino para los niños. El principal argumento es que fomentar en los menores la idea de una figura mágica que les regala juguetes en la víspera de Navidad es una mentira, aunque se diga con buenas intenciones.
Para muchos niños averiguar la verdad puede resultar traumático, y el mensaje que se les está dando es que no pueden confiar en lo que sus padres les dicen. Además, mentir con el fin de fomentar un buen comportamiento es manipulador y anima a los niños a comportarse bien por las razones equivocadas.
Se ha demostrado que las recompensas minimizan la motivación de los niños. Así que es posible que utilizar a Santa o a un duende para promover el buen comportamiento durante todo el año, no sea la mejor herramienta. Pero tampoco existe evidencia científica que sugiera que descubrir la verdad sobre Santa es algo traumático para los niños o que conduzca a problemas de confianza entre padres e hijos.
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Ellos lo descubren todo
Estudios sobre el tema sugieren que los niños tienden a descubrir la verdad sobre Santa por su cuenta, aproximadamente a los siete años, y que sus reacciones son por lo general bastante positivas. Tampoco hay evidencia científica de que descubrir la verdad hace que los niños duden de si sus padres son confiables o no.
La fantasía en general es una parte normal y saludable durante el desarrollo de los niños. Entre los cinco y los ocho años de edad, los pequeños pasan una gran cantidad de tiempo fingiendo. También están constantemente expuestos a libros, programas de televisión y películas donde los animales pueden hablar, la gente puede volar y los objetos aparecen por arte de magia.
Por lo general el pensamiento mágico disminuye entre los siete y los nueve años, justo en la misma época en la que los niños abandonan el mito de Santa Claus.
Pero es cierto que muchas veces no abandonamos el pensamiento mágico aunque seamos adultos, basta con ver todas las supersticiones que existen.
¿Cómo aprenden los niños a distinguir la fantasía de la realidad?
La mayoría de las veces dependen de lo que otras personas les dicen, es decir, de testimonios. Los niños confían bastante en el testimonio de sus padres, porque todavía tienen mucho que aprender acerca de cómo funciona el mundo. También se guían por evidencias y pruebas para detectar si algo es realidad o ficción.
En relación a la existencia de Santa Claus, los niños pequeños reciben testimonios de sus padres, y las pruebas son encontrar regalos bajo el árbol. En algún momento de sus vidas, los niños empiezan a recibir testimonios y pruebas que contradicen la existencia de Santa, ya sea de sus amigos o de racionalizar sobre lo que es posible e imposible. Empiezan a cuestionar las evidencias anteriores, buscan nuevas pruebas, y la mayoría descubre por su cuenta que Santa no es real.
Cada quién decide la forma en la que festeja sus tradiciones. Lo que es cierto, es que los estudios parecen indicar que no existen problemas de confianza en la creencia de Santa Claus, lo importante es respetar las decisiones de las otras personas.