REDACCIÓN. Disfrutar de un ‘spa’ de uñas es bastante placentero. Nada mejor que sentir las manos suaves y las uñas limpias y estéticas. Sin embargo, hay varias cosas que arruinan su manicura antes, durante y después de realizarla.
Pues bien, primeramente debe reconocer cuáles son esos errores que comete al hacerse este procedimiento. Asimismo, tendrá que empezar a implementar algunos cuidados básicos para conservarlo por más tiempo.
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Una manicura es la primera opción para embellecerlas; sin embargo, hay cosas que pueden arruinar este tratamiento.
No limpiar las herramientas
Desinfectar las herramientas de trabajo debe ser una prioridad antes de comenzar la manicura. Este paso podría ahorrarle algunos problemas de salud.
Tenga presente que los cortaúñas, las limas y demás herramientas son propensas a incubar gérmenes y bacterias transferibles a las uñas.
Su almacenamiento debe ser en un recipiente transpirable y limpio. Una vez llegue la hora de utilizarlos, lo ideal es que los limpie con un poco de algodón con desinfectante o alcohol.
Cortar demasiado las cutículas
Es un error común. Incluso, algunos profesionales suelen cortar la cutícula. El problema es que esto puede acarrear problemas de salud. Es una acción que deja sin protección a la base de la uña. En consecuencia, se eleva el riesgo de infección.
Por otro lado, cuando estas crecen, lo hacen con una apariencia escamosa y desordenada que afecta la apariencia de las uñas.
Use un palito de naranjo para empujar la cutícula hacia atrás; de esta manera, podrá lograr el efecto deseado sin poner en riesgo la zona ungueal.
No aplicar una base antes de iniciar
Puede que le resulte innecesaria, pero una capa de base es muy útil para proteger sus uñas naturales. De hecho, es una acción que también prolonga el tiempo útil de su manicura, ya que la pintura durará hasta una semana más en buen estado.
Debe considerar que las uñas segregan aceites naturales que hacen que el esmalte no se adhiera bien. En este sentido, la capa base mantiene los aceites a la raya, lo que permite que el esmalte en gel no se resquebraje.
Aplicar capas gruesas de esmalte
Es cierto, una capa gruesa de esmalte puede dar un color más atractivo. No obstante, la aplicación excesiva de producto disminuye la durabilidad de la manicura. Lo más prudente es pasar máximo 3 capas finas, en lugar de 2 o 3 muy gruesas.
Usar hisopos en lugar del pincel
Una de las cosas que arruinan tu manicura es no emplear las herramientas adecuadas para la aplicación de los productos. Los hisopos, por ejemplo, son un comodín para corregir algunos errores con la pintura. Pese a esto, su uso suele ser contraproducente.
Dado que desprenden pelusas de algodón, la manicura se acaba dañando la mayor parte de las veces. En definitiva, siempre es mejor utilizar el pincel.
Limar las uñas de un extremo a otro
Puede que se haya topado con algún experto que lima las uñas de lado a lado con la finalidad de tener una uña lisa. Pero hacerlo de forma incorrecta pasa factura, dado que debilita la parte externa de la uña.
Limar en exceso las uñas conlleva a la aparición de microgrietas que hacen que el esmalte luzca débil y desprolijo. Para evitarlo, lime con movimientos circulares y en una sola dirección.
No aplicar brillo por debajo de las uñas
Este paso es infaltable. Aplicar esmalte por debajo de las uñas y alrededor de las mismas evita que la pintura termine descamándose. Tenga presente que suele usar las manos para realizar tareas cotidianas, muchas relacionadas con agua.
Resulta que al fregar los platos o al lavarse el cabello, el agua queda retenida entre la uña y el esmalte, por ello, la pintura termina por levantarse por los bordes.
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