TEGUCIGALPA, HONDURAS. La auxiliar de enfermería Ela Alejandra Santos Flores falleció la tarde de este lunes en el Instituto Nacional Cardiopulmonar («Tórax») ante las complicaciones de la COVID-19.
Santos tenía 29 años y vivía -y atendía en primera línea- en su natal Intibucá. Allí contrajo el padecimiento y, tras 10 días de infección, se le ingresó inicialmente en el hospital Enrique Aguilar Cerrato. Sin embargo, su condición empeoró.
Desde el departamento occidental se le trasladó a la capital para recibir una atención más especializada. El personal médico la remitió al «Tórax», que es donde atienden a los pacientes más graves.
La doctora Nora Maradiaga, directora del centro asistencial en mención, indicó que Santos estuvo hospitalizada nada más por cuatro días, registrándose hoy su defunción en horas de la tarde.
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El peligro de las enfermedades de base
Maradiaga precisó que la fallecida tenía la condición de diabetes mellitus y obesidad mórbida. Ella acotó que esos factores incidieron en su pronta partida.
La galena se mostró enfática en que el agravante para que los jóvenes pierdan la vida ante el virus es el sobrepeso. «Lamentablemente, estamos viendo que los jóvenes que se van es por la obesidad y los demás son mayores de 70 años», manifestó.
Josué Orellana, presidente de la Asociación Nacional de Enfermera/os Auxiliares de Honduras (ANEEAH) informó sobre el deceso en su perfil de Facebook. Allí envió sus muestras de pesar a la familia doliente y comentó que «ya hasta las palabras sobran» ante las decenas de muertes en el gremio.
Según se informó desde Intibucá, la joven enfermera deja huérfano a un niño de solo ocho años de edad.
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