REDACCIÓN. Probablemente ya sabe que la presión arterial alta y el nivel alto de colesterol pueden elevar el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca.
Pero otros problemas médicos, como la psoriasis, la influenza, e incluso los trastornos del sueño pueden dañar el corazón.
“Cuando te fijas en estas afecciones, todas tienen una cosa en común: inflamación”, dijo el doctor Donald M. Lloyd-Jones, presidente en Northwestern University en Chicago y vocero de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA).
La inflamación: cuando el sistema inmunitario está sobrecargado, puede dañar los vasos sanguíneos y acelerar el avance de la cardiopatía. Sin embargo, controlar estas afecciones puede llevar mucho tiempo. Esto es lo que necesitas saber.
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La influenza y la neumonía
Las investigaciones sugieren que la influenza y la pulmonía pueden aumentar los riesgos.
Por ejemplo, en un estudio publicado en 2018 en la revista New England Journal of Medicine se encontró que las personas que han sido hospitalizadas por ataques cardíacos fueron seis veces más propensas a tener un ataque al corazón en la semana después de haber tenido influenza, comparado con el año anterior o el año posterior.
“La influenza causa inflamación en todo el cuerpo, incluyendo el corazón”, explicó Lloyd-Jones.
¿Qué debe hacer? Asegúrese de ponerse la vacuna contra la influenza una vez al año. También tiene que estar al día con la vacuna contra la neumonía (normalmente se aplican don inyecciones con un intervalo de un año).
Si desarrolla alguna de estas enfermedades y ya tiene cardiopatía, debe continuar tomando los medicamentos para el corazón que le recetaron.
Y “si te sientes cansado, o empiezas a sudar o repentinamente empiezas a tener una sensación de indigestión extrema, no lo atribuyas a los malestares de la influenza” dijo Lloyd-Jones. Consulte al médico inmediatamente o vaya a la sala de urgencias.
Diabetes Tipo 2
De acuerdo con la AHA, las personas con diabetes tipo 2 tienen de dos a cuatro veces más probabilidades de morir a causa de una cardiopatía que quienes no tienen esta afección.
El 68% de las personas mayores de 65 años con diabetes muere por alguna forma de cardiopatía, mientras el 16% muere a causa de un ataque cerebral.
“Con el tiempo, los niveles altos de glucosa en la sangre dañan los vasos sanguíneos y los nervios que los controlan. Aumentando la probabilidad de desarrollar cardiopatía”, comentó el doctor Grenye O’Malley, especialista en diabetes de Icahn School of Medicine de Mount Sinai.
¿Qué debe hacer? Revise la presión arterial en cada visita al médico, y si está a más de 140/90, deberás empezar a tomar medicamento. También necesita revisar los niveles de colesterol una vez al año.
También es clave tener un control estricto de los niveles de glucosa en la sangre; pero si es mayor de 70 años y ya esta tomando varios medicamentos, tratar de bajar tus niveles de azúcar demasiado “puede ser perjudicial”, informó el doctor Adam Cifu, profesor de medicina en la Universidad de Chicago.
Aunque la metformina sigue siendo la primera línea de tratamiento para las personas con diabetes tipo 2, si este medicamento no es suficiente, considere uno de los agonistas del receptor del péptido-1, similar al glucagón (GLP-1), como la liraglutida (Victoza).
Los pacientes con alto riesgo de desarrollar cardiopatía, que tomaban liraglutida redujeron su riesgo de tener un ataque cardíaco o cerebral, según un estudio publicado el año pasado.
Herpes Zóster
Una de cada tres personas desarrolla herpes zóster, una afección en la cual el virus de la varicela, inactivo en casi todos los adultos que tuvieron varicela durante la niñez, se reactiva en una etapa posterior de la vida. Causa erupciones dolorosas en forma de ampollas, que duran un par de semanas, y aproximadamente el 10% de las personas experimentan neuralgia postherpética o dolor de los nervios que perdura por meses e incluso años.
El herpes zóster está vinculado a un alza del 41% en el riesgo de ataque cardíaco y cerebral, de acuerdo a una carta de investigación de 2017. De acuerdo con una teoría, el virus que causa la enfermedad también puede crear inflamación y dañar las arterias.
¿Qué debes hacer? Si es mayor de 50 años, vacúnese contra el herpes zóster. Una nueva versión, Shingrix, está disponible desde el 2017. Es más del 90% efectiva para prevenirlo, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). (Se debe aplicar en dos dosis, con un intervalo de dos a seis meses).
Debe aplicarla aunque ya haya tenido el padecimiento, e incluso si ya recibió la vacuna anterior, llamada Zostavax.
Psoriasis y la artritis reumatoide
Estos dos trastornos autoinmunes se presentan con inflamación persistente, que eventualmente alcanza los vasos sanguíneos y los hace más propensos a obstruirse o a una ruptura.
La investigación muestra que las personas con artritis reumatoide tienen hasta 70% más probabilidad de desarrollar cardiopatía que quienes no la tienen. Asimismo, aquellas con artritis psoriásica (una forma de psoriasis) tienen 36% mayor riesgo de ataque cardíaco. Pero muchos proveedores de atención médica pueden no estar al tanto de estos riesgos.
¿Qué hacer? El primer paso que se debe tomar es asegurarse de que la afección esté completamente bajo control, explicó la doctora Iris Navarro-Millán, reumatóloga del Hospital para Cirugías Especiales en New York.
Por ejemplo, varios estudios mostraron que los pacientes con artritis que están bajo tratamiento de fármacos como el metotroxato tienen del 15% al 18% de reducción en el riesgo de desarrollar o morir a causa problemas en el corazón.
Además, cuando se trata la psoriasis con medicamentos biológicos, se puede reducir la acumulación temprana de placa que obstruye las arterias, de acuerdo a un estudio publicado en marzo pasado en la revista médica Cardiovascular Research. También es necesario asegurarse de que esta recibiendo la atención preventiva saludable adecuada para el corazón.
Apnea obstructiva del sueño
Apnea obstructiva del sueño (OSA, en inglés) es una afección marcada por pausas en la respiración durante el sueño, conduce a caídas repentinas de los niveles de oxígeno en la sangre y despertares que “aumentan la presión arterial y hacen que el cuerpo libere hormonas del estrés como la adrenalina y la epinefrina”, comentó la doctora Beth Malow, directora de la división de Trastornos del sueño en Vanderbilt University Medical Center.
Sin embargo, en los resultados de la encuesta publicados en la revista American Geriatrics Society se encontró que mientras el 56% de las personas mayores de 65 años tenía un alto riesgo de OSA, solo el 8% había sido evaluado.
¿Qué hacer? Si ronca regularmente, tiene largas pausas al respirar, seguidas de asfixia y jadeo, o no se siente bien descansado al levantarte, haga una cita con un especialista del sueño, recomendó Malow.
Si tiene apnea, el estándar de oro del tratamiento es la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, en inglés). En la que una máscara conectada a una bomba sopla aire suavemente en la garganta para mantener la vía aérea abierta.
En un estudio, las personas que utilizaron CPAP durante tres meses experimentaron una importante reducción en la presión arterial.
La conexión entre el corazón y la mente
Aunque se sabe que recibir un diagnóstico de cardiopatía o tener un ataque cardíaco aumenta el riesgo de depresión, también puede presentarse al revés.
“Las personas con depresión son más propensas a tener una alimentación y hábitos de ejercicio deficientes. Así como a beber y fumar”, afirmó Lloyd-Jones. “Pero parece ir más allá”.
Una investigación publicada este año sugiere que un vínculo faltante puede ser la inflamación, que es un factor clave de riesgo para ambas afecciones.
Si tiene síntomas de depresión, especialmente si ya está en riesgo de desarrollar cardiopatía, hable con el proveedor de atención primaria acerca de un plan de tratamiento.
Existe una afección llamada miocardiopatía de takotsubo (TC, en inglés) o síndrome del corazón roto, que puede replicar los signos de un ataque cardíaco. En un estudio, aproximadamente de 1% a 2% de las personas de quienes se sospechaba que estaban sufriendo un ataque cardíaco en el hospital, en realidad tuvieron un TC.
Esta alteración temporal de la función de bombeo cardíaco es causada por una situación estresante, como una muerte.
“El desbordamiento de hormonas del estrés golpea activamente el corazón”, aseguró Lloyd-Jones.
El tratamiento es normalmente la hospitalización, junto con medicamentos para ayudar al corazón a recuperarse. La mayoría de las personas se recupera totalmente después de un par de semanas.