Desde hace más de dos años, los cubrebocas se convirtieron en un aditamento más de la vida cotidiana de la población mundial. Es por eso que, a medida que se relajaron las medidas de cuidado por el COVID-19, decenas de países optaron por quitar la obligatoriedad de la mascarilla.
Sin embargo, este cambio ya puso en alerta a la comunidad científica internacional por el posible aumento de enfermedades respiratorias antes controladas por las mascarillas.
Además, en Europa, pese a que a la temporada invernal le restan solo algunos días. Los expertos ibéricos señalaron que, tras eliminar las mascarillas, no solo aumentarán los casos de COVID-19, sino de otras enfermedades respiratorias.
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En ese tono se expresó la doctora Cristina Calvo, jefa de sección de Pediatría y Enfermedades Infecciosas de Hospital Universitario La Paz (Madrid) y presidenta de la Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP), la cual aseguró que durante el invierno boreal “se han recuperado muchas infecciones de las que había antes de la pandemia”.
“En este tiempo han tenido una disminución importante, con las medidas restrictivas puestas en marcha. Pero, en la medida en la que se han ido suprimiendo estas, se ha visto por ejemplo cómo el virus de la gripe circula de manera valorable.
Lo mismo sucede con otros agentes que se transmiten por vía respiratoria”, afirmó Ángela Domínguez, coordinadora del grupo de trabajo de vacunas de la Sociedad Española de Epidemiologías (SEE).
Situación en América Latina
Por su parte, en América Latina, la situación podría ser similar. Mientras que la variante Ómicron aún permanece vigente, otras enfermedades respiratorias comenzaron a mostrar su presencia. Las formas de contagio más comunes son mediante secreciones respiratorias: hablar, gritar, toser, estornudar.
En la Argentina, las patologías respiratorias con mayor incidencia son: la gripe, la neumonía, la bronquiolitis y el resfrío, entre otros.
La médica infectóloga Leda Guzzi, miembro de la comisión de comunicación de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explicó, que “el barbijo es una herramienta útil para la prevención del COVID-19 y de otras enfermedades, como la gripe, que circulan más durante el otoño y el invierno”. Ella destacó que «seguimos recomendando el uso del barbijo en los espacios interiores”.
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