ATLÀNTIDA, HONDURAS. La tarde de este miércoles fue encontrado el cuerpo de la joven taxista desaparecida, Glenis Castillo, en una fosa clandestina en la ciudad de La Ceiba.
Mediante una operación policial realizada en las últimas horas, la Policía Nacional reportó la detención de uno de los supuestos responsables del secuestro de la joven estudiante de derecho.
Este individuo confesó que Castillo había sido asesinada y posteriormente llevó a las autoridades, donde estaba enterrada.
El cuerpo fue encontrado específicamente en medio de una plantación de banano. Ese lugar está ubicado en la colonia Sinaí.
El detenido es supuesto integrante activo de la banda delictiva denominada «Los Pelones». Las autoridades sostuvieron que ellos en su mayoría laboraban en el rubro del trasporte público.
El sospechoso es un motorista conocido criminalmente como «Cala», comunicaron. Además, reportaron que es originario y residente en la colonia Riveras del Caribe.
Este individuo, supuestamente participó en el secuestro de la joven Glenis Castillo. El hecho ocurrió el lunes 22 de febrero, en horas de la noche.
A Castillo la vieron por última vez saliendo de un supermercado, cuando se conducía en el taxi con número de registró 1277.
Posteriormente, las autoridades policiales encontraron el vehículo abandonado en el desvío del Centro Universitario Regional de Litoral Atlántico (CURLA). Ahí hallaron bolsas de ropa y huellas dactilares.
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¿Quién es Glenis Castillo?
Castillo era una joven estudiante de la carrera de Derecho, madre de dos niñas de 5 y 9 años de edad.
Sus conocidos la consideraban una taxista muy reconocida. Además, sostuvieron que hace unos meses emprendió con el negocio de lavandería.
Todas las personas que la conocieron afirman que Glenis era una excelente madre, hija, amiga y sobre todo una gran emprendedora. Sus primeros estudios los cursó en la Escuela Atena. Luego, egresó de Perito Mercantil en el Instituto Manuel Bonilla.
A raíz de una mala situación económica por la que atravesó hace ya un tiempo, se vio obligada a dejar su educación superior y logró retomarla en el año 2014. La estudiante llevaba 35 clases aprobadas en la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH).
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