SALUD.- El frío de invierno, los cambios dietéticos y factores estresantes podrían influir en la aparición de eventos cardiovasculares en Navidad. ¿Qué hacer para reducir los riesgos? Descubre algunas recomendaciones.
Una amplia variedad de estudios han asociado la Navidad con un mayor riesgo cardiovascular. En particular, se ha observado que durante estas fechas hay una mayor incidencia de eventos mortales, como los infartos y la enfermedad cerebrovascular. ¿Por qué razón?
Esto se explica por varios motivos; sin embargo, la mayor parte de las veces es posible adoptar medidas para evitarlo. ¿Cómo disfrutar las fiestas de forma responsable? En el siguiente espacio compartimos algunas recomendaciones.
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¿Por qué la Navidad puede ser un factor de riesgo cardiovascular?
Que la Navidad sea un factor de riesgo cardiovascular depende en gran medida de los hábitos. Sin embargo, también hay otras situaciones que inciden, como el frío, el estrés y la tardanza en acudir a hospitales ante las señales de problemas de salud. Veamos en detalle.
Frío de invierno
Los infartos y otros eventos cardiovasculares se relacionan con la obstrucción del flujo sanguíneo hacia un determinado tejido. Esto dificulta suministrar oxígeno y nutrientes para su adecuado funcionamiento, lo que puede llevar a la muerte de las células en pocos minutos.
Este fenómeno obstructivo suele verse influido por varios factores. Uno de ellos es el grado de dilatación de los vasos sanguíneos, es decir, su diámetro. No es una medida estática, ya que puede modificarse gracias al músculo liso que se encuentra alrededor de las arteriolas y a las propiedades elásticas de los vasos.
Por lo tanto, en un vaso contraído hay menor flujo sanguíneo que en uno que se encuentra dilatado. Si existe una obstrucción, como una placa de ateroma, el riesgo de infartos aumenta bastante.
Con el objetivo de desviar el flujo sanguíneo hacia órganos más importantes, cuando existen ambientes fríos se produce vasoconstricción arterial generalizada. Además, suele producirse una liberación de hormonas como la adrenalina, que favorecen el aumento de la presión arterial.
Pacientes de algo riesgo
Esto permitiría explicar, en parte, el aumento de mortalidad cardiovascular en los meses más fríos del año. Según este estudio publicado en la revista Circulation, suele ser en las regiones menos habituadas a este clima, como el sur de los Estados Unidos.
Durante la ingesta de comidas copiosas, suele aumentar la incidencia de infarto del miocardio o angina de pecho en pacientes de alto riesgo. Esto podría estar relacionado con la redistribución del flujo sanguíneo de todo el organismo hacia el tracto digestivo, para favorecer la absorción de los nutrientes.
Cuando esto sucede, el suministro de sangre al corazón a través de las arterias coronarias puede verse disminuido. Si existe una placa de ateroma de tamaño considerable, el aumento de turbulencia producto de la vasoconstricción podría provocar la ruptura de la misma. Esto liberaría pequeños trombos capaces de interrumpir la circulación.
El consumo de alcohol y cigarrillo también es otro problema. Según este estudio publicado en el año 2015, una gran cantidad de pacientes que sufrieron un evento cardiovascular reportaron abuso de alcohol y tabaco en los 12 meses previos al incidente.
A su vez, el consumo de tabaco tiene un efecto directo sobre la vasoconstricción arterial, lo cual puede aumentar el riesgo de sufrir alguno de estos eventos en caso de excesos.
Estrés
A pesar de que el objetivo siempre es disfrutar y compartir buenos momentos en familia, no siempre resulta de esa manera. Las preocupaciones laborales, buscar los regalos adecuados, organizar eventos y reunir a los seres queridos podría convertirse en un auténtico dolor de cabeza.
Estas situaciones podrían desencadenar estrés emocional. Este término se refiere al conjunto de cambios dentro del cuerpo que ocurren como respuesta a un evento interno o externo. Los protagonistas de esta respuesta son las hormonas y el sistema nervioso.
La activación del eje hipotálamo-hipófisis-glándulas suprarrenales y del sistema nervioso vegetativo conlleva a la liberación de diversas sustancias que tienen actividad sobre el sistema cardiovascular. La adrenalina es una de las más representativas.
Esta actúa sobre las arteriolas para favorecer su vasoconstricción, lo que se relaciona mucho con la aparición de eventos cardiovasculares. Además, se promueve la liberación de ácidos grasos, la coagulación y el aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardia).
Al analizar un poco más a fondo la taquicardia, esta puede ser un factor que acelere la aparición de infartos. Como el corazón se encuentra trabajando con más intensidad, los requerimientos energéticos y de oxígeno son mayores. Si dicha condición se mantiene en el tiempo, la probabilidad de sufrir lesiones aumenta de forma considerable.
No acudir a los centros de salud
En un reciente artículo de revisión, los autores establecieron el perfil de pacientes que suelen tardar más en acudir a los hospitales durante un síndrome coronario agudo. Dicha tardanza influye de forma considerable en la mortalidad, en especial en el contexto de infartos extensos que requieren reperfusión coronaria inmediata.
Algunos factores que condicionan un retraso son los siguientes:
- Las mujeres de edad avanzada.
- Tener estado civil soltero o divorciado.
- No tener un seguro de vida.
- Bajo nivel socioeconómico.
- Vivir solo.
Quienes tienen mayor riesgo
Aquellos que sufren de diabetes mellitus deben tener mayores precauciones. Se trata de un conjunto de trastornos metabólicos relacionados con una deficiente producción o mal manejo de la insulina. Por lo tanto, deben seguir dietas bastante estrictas y cuidar sus niveles de glucemia.
Los antecedentes personales o familiares de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial sistémica, también son considerados factores de riesgo. De hecho, según este artículo de revisión, el riesgo de sufrir una enfermedad cerebrovascular (ECV) aumenta entre 3 y 4 veces en pacientes con esta patología.
La obesidad también se debe tener en cuenta. Es una enfermedad crónica caracterizada por aumento del índice de masa corporal por encima de 30 kg/m2, muy ligada a factores genéticos. La angina de pecho, el infarto del miocardio, la hipertensión arterial y la ECV son algunas de las consecuencias de sufrir esta patología.
¿Cómo reducir el riesgo cardiovascular en Navidad?
Para reducir el riesgo cardiovascular en Navidad resulta conveniente mantener hábitos saludables, sobre todo en lo que a dieta y ejercicio se refiere. A continuación, detallamos varios consejos.
Ejercicio
Este tema hay que manejarlo con cuidado, ya que puede ser un arma de doble filo. Durante la Navidad, las personas con factores de riesgo clásicos podrían sufrir con más frecuencia estos eventos si hacen demasiado ejercicio.
Alimentación
En general, se deben evitar las comidas copiosas y poco saludables. El mayor riesgo es para los diabéticos, quienes deben procurar no cometer excesos que puedan llevar a sufrir alguna de las complicaciones agudas de su enfermedad.
Fuente: Mejora tu salud.