TEGUCIGALPA, HONDURAS. Este sábado se emitió un requerimiento fiscal contra un ciudadano a quien se le atribuye la culpabilidad de un fuerte accidente en el Anillo Periférico de la capital que dejó un muerto.
A Nahún Mauricio Núñez Amador, de 28 años de edad, se le acusa por tres delitos: homicidio con dolo eventual, conducción temeraria en perjuicio de la salud pública y desobediencia en perjuicio del orden público.
La última acusación en mención se agregó debido a que, el día del encontronazo vial (viernes dos de octubre), él no tenía autorización para transitar en las vías públicas, de acuerdo a las normativas de circulación establecidas por las autoridades gubernamentales.
Es oportuno tener en cuenta que al conductor se le practicó una prueba de alcoholemia; ese procedimiento se realizó como parte del protocolo, sin embargo, de manera preliminar se compartió que había fuertes indicios de que estaba bajo los efectos del exceso de esa sustancia.
Ante la sospecha, se está a la espera del resultado de la evaluación a Núñez Amador. En caso de confirmarse la suposición, ese factor se convertiría en un medio probatorio esencial para el proceso legal que se desarrolla en su contra.
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Relato del suceso
Según el reporte preliminar, el accidente se registró próximo a las 9:20 de la noche. Al parecer, Núñez, a lo interno de un automóvil color azul, venía desde el sector de El Sauce.
De repente, a la altura de la colonia Lomas de Toncontín, perdió el control de su vehículo, cruzó ambos carriles de su vía, traspasó la mediana e impactó de lleno contra otro automóvil que estaba de ese lado.
El otro carro involucrado era un turismo, color gris, y marca Honda, que conducía Nelson David Rojas Guzmán, de 49 años y quien, según los datos recabados, laboraba como técnico-instrumentista en el Hospital Militar.
Minutos de agonía
Cabe decir que, tras el fuerte impacto, Rojas no murió al instante. Sufrió varias heridas que lo dejaron inconsciente; empero, transeúntes en el sector que observaron la escena repleta de escombros, percibieron que él aún tenía signos vitales e intentaron ayudarlo.
Es más, se reportó que pasó por la escena un pastor evangélico y oró por su vida; no obstante, Rojas solo aguantó por unos minutos más, pues las heridas habían dañado órganos internos.
Su cuerpo inerte quedó adentro de su carro, mismo que tiene una leyenda en el vidrio frontal que lee «Propiedad de Cristo«.
Núñez Amador, por su parte, no huyó. Luego, la Policía Nacional llegó al lugar y lo aprehendió para investigar el accidente; ahora, producto de las pesquisas, el Ministerio Público ya lo requirió formalmente.
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