TEGUCIGALPA. La Embajadora de Estados Unidos en Honduras, Laura Farnsworth Dogu, llegó ayer a tierras hondureñas y aseguró que para ella «es un honor» estar aquí cumpliendo sus funciones.
«Es un honor ser enviada como la Embajadora Designada de los Estados Unidos ante el pueblo y gobierno de Honduras. Los Estados Unidos y Honduras tienen una relación fuerte e histórica. Espero trabajar con la Presidenta Castro y su administración», dijo.
Por otro lado, la diplomática destacó la riqueza que tiene el país y su deseo por conocer más de él.
«Honduras es un país hermoso con una rica cultura. Estoy emocionada porque pronto conoceré Honduras y su gente maravillosa».
Honduras es un país hermoso con una rica cultura. Estoy emocionada porque pronto conoceré Honduras y su gente maravillosa. pic.twitter.com/0rL9S7bVur
— Embajadora Laura F. Dogu (@USAmbHonduras) April 7, 2022
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La designada se confirmó como embajadora extraordinaria y plenipotenciaria en Tegucigalpa el pasado 11 de marzo.
¿Quién es Laura Farnsworth Dogu?
En los últimos meses se desempeñó como asesora de Política Exterior del Jefe del Estado Mayor del Ejército en el Pentágono.
La funcionaria estadounidense, cuenta con un amplio currículum, es diplomática de carrera, obtuvo una maestría en Ciencias del Colegio Industrial de las Fuerzas Armadas en Washington, una maestría en administración de empresas, y dos bachilleratos, uno en administración de empresas y otro en artes. Además, habla inglés, español, turco y árabe.
Ella inició su carrera en 1991. Algunos de sus primeros pasos fueron como oficial consular de Estados Unidos en El Salvador y Turquía, entre 1991 y 1996.
En su amplia trayectoria destaca su cargo como subjefa de la misión en el Consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez, México; y como embajadora en el vecino país de Nicaragua (2015-2018).
Salida de Nicaragua
La salida de Dogu de Nicaragua llegó pocos meses después de la revuelta popular que estalló en ese país en el año 2018, por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que luego se convirtieron en una exigencia de renuncia del presidente Daniel Ortega, ya que respondió con violencia desmesurada, según organismos internacionales.
Asimismo, las protestas, calificadas por el Ejecutivo nicaragüense como un intento de golpe de Estado, dejaron al menos 328 muertos, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), aunque organismos locales elevan la cifra a 684 y el Gobierno reconoce 200.
Al final de su etapa en Nicaragua, Dogu advirtió que Estados Unidos estaba «profundamente preocupado» por las «graves violaciones» a los Derechos Humanos básicos y la severa represión del Gobierno de Ortega contra quienes se manifestaron pacíficamente en ese periodo.
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