REDACCIÓN. Un grupo de científicos de la American Society for Nutrition (ASN, en inglés) advierte que el bajo consumo de frutas y verduras podría estar detrás de la muerte de millones de personas al año en todo el mundo, debido a la consiguiente incidencia de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Así se desprende de los resultados preliminares de una investigación presentados en la reunión anual de la ASN. El evento se celebra entre el 8 y el 11 de junio en Baltimore (Maryland, EE.UU.).
Los científicos analizaron datos nutricionales y las principales causas de muerte en 113 países. También el riesgo cardiovascular vinculado con la ingesta insuficiente de frutas y verduras.
Descubrieron que los varones comen menos este tipo de alimento que las mujeres. Las zonas donde se registran más muertes por estas causas son el sureste asiático y el África subsahariana. Además, Asia central y Oceanía presentan un bajo consumo de vegetales, lo que se traduce en un mayor índice de enfemerdades coronarias.
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Consumir lo recomendable
Según la investigación, una de cada siete muertes cardiovasculares se debe a un bajo consumo; mientras que una de cada doce personas que fallecen por razones cardiovasculares podría tener que ver con la insuficiente ingesta de verdura. Los expertos señalaron que solo en 2010 alrededor de 2,8 millones de personas fallecieron por ingerir estos alimentos en cantidades inferiores a lo que es recomendable.
«Las frutas y verduras son un componente modificable de la dieta que puede afectar a las muertes prevenibles en todo el mundo», explicó Victoria Miller, investigadora de la Escuela Friedman de Ciencia y Políticia de Nutrición de la Universidad de Tufts (EE.UU.). La científica subrayó la necesidad de comer más esta vegetación en todo el mundo.
Estos alimentos son buenas fuentes de fibra, potasio, magnesio, antioxidantes y fenólicos. Elementos que reducen tanto el colesterol como la presión arterial. Además, mejoran la diversidad de bacterias beneficiosas en el tracto digestivo, lo que reduce la incidencia de obesidad o sobrepreso; hecho que disminuye el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
En opinión de Dariush Mozaffarian, miembro de la misma institución, habría que «aumentar la disponibilidad y el consumo de alimentos protectores como frutas, verduras y legumbres», al margen de centrarse en proporcionar suficientes calorías, vitaminas o en reducir la sal y el azúcar en las dietas. De este modo, aseguró Mozaffarian, se podrá «mejorar la salud mundial».
Por todo ello, los miembros de la ASN recomiendan ingerir cada día unos 300 gramos de fruta y 400 de verdura, cantidad en la que se incluyen legumbres.