Aunque muchos engloben el hacer ejercicio en la categoría «fitness», pero es más que eso, es un modo de vida saludable. No solo se trata de adelgazar o formar musculatura, también interviene temas de salud, como la circulación sanguínea.
Cómo llevar una vida sana es muy importante y llevar rutinas de la misma forma es una gran opción.
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Pero, tranquilo, no creas que es necesario ir a un gimnasio. Lo más increíble de esto es que, los puedes realizar en tu hogar, ya que son muy simples, y no implican mayores esfuerzos.
No solo hablamos de ejercicios para mejorar la circulación sanguínea, sino que también es provechoso como prevención para evitar el desarrollo de patologías a largo plazo, se pueden implementar posiciones y movimientos básicos que activen el flujo de sangre.
Cuando la sangre está estancada, o sea, detenida, en un lugar por poco flujo por mucho tiempo, se activan factores de coagulación. El cuerpo interpreta que es necesario desarrollar un trombo, es decir, un coágulo. Plaquetas, sustancias proteicas y células se unen y obstruyen el paso de sangre.
Ejercicios para mejorar la circulación sanguínea
Ahora bien, presentaremos unas opciones de ejercicio, simples, para que comiences a realizarlos. A continuación te brindamos la lista:
Al estar de pie
Podemos hacer puntillas para activar la prensa muscular de los gemelos. Estos músculos son los que están en la pantorrilla y cumplen una función clave a la hora de impulsar sangre venosa hacia arriba. Si no podemos caminar, con repetir la posición de puntillas varias veces será suficiente.
Del mismo modo, aunque no podamos salir a la calle, podríamos caminar dentro del hogar. Lo importante es que los gemelos se contraigan, así que desplazarse ya resulta beneficioso.
Al estar sentados
Mientras trabajamos en el ordenador podemos aplicar algunos movimientos de miembros inferiores que activen los músculos. Al pasar demasiado tiempo en la misma posición.
Podemos hacer puntillas desde la silla, sin levantarnos. También desplazar los pies sobre la superficie del piso, a un lado y al otro, o juntando puntas y talones de manera repetitiva.
Al estar acostados
Si estamos tumbados en la cama, por descanso o por un reposo que se nos obliga a realizar, los miembros inferiores pueden movilizarse también. Plegar la rodilla repetidas veces, con la espalda contra el colchón, activa la prensa muscular.
También podemos utilizar las manos, llevando la rodilla hacia el pecho y sosteniendo la pierna con los miembros superiores. Esa sola presión genera fuerza antigravedad que se puede repetir con suaves separaciones y acercamientos hacia el tórax.
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