ECUADOR. -El presidente ecuatoriano Lenín Moreno decretó el jueves el estado de excepción en todo el territorio nacional para permitir la libre movilización de la ciudadanía afectada por una huelga del transporte público que por momentos derivó en enfrentamientos con la policía.
El estado de excepción implica que se restringen algunas libertades y se permite a las autoridades tomar bienes públicos o privados. Esto para restablecer la normalidad de las actividades sociales. Además de dotar de custodia adicional a las áreas estratégicas como refinerías, aeropuertos y plantas de generación.
Las protestas se cumplieron en avenidas y calles de las principales ciudades del país.
Los taxistas bloquearon importantes vías con sus vehículos, llantas quemadas y maderos. También agredieron con piedras y palos a otros transportistas que no acataron el paro, así como a policías.
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Hacia el mediodía, cientos de estudiantes universitarios protagonizaron una marcha que buscaba llegar al palacio de gobierno. No obstante, calles antes fueron bloqueados por escuadrones policiales y carros antimotines. Los vehículos fueron atacados con piedras mientras eran repelidos con gas pimienta.
Algunas personas en medio de las protestas aprovecharon para cometer robos a locales comerciales. También otras acciones vandálicas como atacar sin motivo vehículos particulares.
En este país no se han producido grandes saqueos en las últimas décadas.
Equipos de periodistas de varios medios resultaron atacados por los manifestantes y por la policía.
Estado de Excepción
En una conferencia de prensa, Moreno dijo antes que con la declaración se busca “afrontar un momento especial por los focos de violencia que se han creado por grupos consabidos que pretenden hacer daño y desestabilizar al gobierno constituido”.
Miles de ecuatorianos hicieron largas caminatas o viajaron apiñados en vehículos particulares por la huelga de cooperativas de transporte público, taxis y camiones en rechazo a las últimas medidas económicas del mandatario, entre ellas la eliminación de los subsidios a los combustibles.
Con el objetivo de equilibrar las cuentas fiscales, Moreno decidió esta semana eliminar los subsidios que significaban un gasto de 1.300 millones de dólares anuales, por lo que la gasolina de mayor uso en el país pasó de 1,85 dólares a 2,30 dólares el galón mientras que el diésel subió de 1,03 a 2,27 dólares el galón.
Moreno ratificó que las medidas “están en firme. No existe posibilidad de cambiarlas, especialmente las relacionadas con un subsidio perverso que hacía demasiado daño al país”.
Paquete de reformas
El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, uno de los encargados de hacer cumplir el estado de excepción, aclaró que su propósito “es preservar, proteger todas las actividades sociales, económicas y productivas, las áreas estratégicas”.
Moreno, que asumió en mayo de 2017 y debe gobernar hasta 2021, anunció además un paquete de reformas tributarias que crea nuevas contribuciones para grandes empresas y elimina o reduce otros impuestos, además de reformas laborales como contratos de empleo para quienes emprendan un negocio o contratos a plazo para estimular la economía nacional.
El mandatario argumentó que estas reformas son necesarias para enfrentar la complicada situación económica. Dijo que la crisis la provoca un alto endeudamiento público de unos 64.000 millones de dólares y un sostenido déficit fiscal de 10.000 millones de dólares anuales.