TEGUCIGALPA, HONDURAS. «Don Marcial«, como popularmente se le conoce, es un comerciante de las calles de la capital, que a pesar de sus problemas de movilidad, se esfuerza al máximo todos los días por sus dos hijos, quienes son personas con discapacidad.
Marcial Flores Raudales se moviliza todos los días hasta el conocido Edificio Rojo ubicado en la Avenida República de Panamá en Tegucigalpa. Con sus tenis azules, que son los zapatos designados para trabajar a diario, para «Don Marcial» no es fácil llegar al lugar ya que tiene un problema en una de sus rodillas.
En ese concurrido sitio, Flores Raudales vende toallitas para limpiar automóviles y también, ambientadores o aromatizantes para vehículos.
«Don Marcial» reconoce que todo estos esfuerzos los hace para poder mantener y cuidar a su hija de 28 años, quien sufre de epilepsia desde que es bebé, y a su hijo de 23 años, quien está diagnosticado con el trastorno del espectro autista.
Él y su pareja, Sonia Edith Izaguirre, han sufrido mucho para poder salir adelante debido a la crisis económica por COVID-19.
El capitalino dijo que las ventas «han sido malas todo este año«, y eso ha dificultado la compra de medicamentos y consultas para tratar a sus hijos.
Para la pareja ha sido difícil adquirir el tratamiento de su hija epiléptica, ya que «ella usa un tratamiento con medicamento caro», el cual consiste en anti convulsivos.
Los ataques epilépticos han aumentado en los últimos meses, pero no han podido llevarla a consulta para evitar un contagio de coronavirus.
«Debido al COVID-19 no hemos podido llevarla a consulta nuevamente, pero lo necesita porque los ataques epilépticos han empeorado. En este tiempo, incluso ha tenido tres en un mismo día», explicó Izaguirre.
Cuidado de los hijos
Sonia Izaguirre se dedica solamente al cuidado de los dos jóvenes desde febrero, cuando perdió su empleo a causa de la pandemia.
«Tener dos muchachos con discapacidad y cuidarlos en muy difícil. A veces ellos se pelean y debo separarlo, además de los cuidados especiales que requieren».
«Yo trabajaba en el mercado y cuando llegó su cierre, me dijeron que no seguía más», declaró Sonia.
Contacto
«Don Marcial» pidió a Diario Tiempo Digital difundir su número para que quienes deseen ayudarlo se pongan en contacto con él.
Teléfono celular: 3151-2029.
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