SAN PEDRO SULA, HONDURAS. La historia de este docente hondureño «cautivó a muchos corazones», al conocerse que él se puso triste al quedarse solo en una clase virtual, porque ningún alumno se conectó.
El relato dejaba saber lo siguiente: «El licenciado que ahora ven en pantalla, es una persona digna de admirar, que se nota que ama su trabajo y que está donde está por amor al mismo».
La estudiante continuó diciendo: «Pero también me da muchísimo pesar algo que ha estado ocurriendo en los últimos días en sus clases».
Ella manifestó que no es algo que la haga feliz, agregó que no preferiría hacer la publicación. También expresó que no le gustaría que eso pasara.
Comenzó compartiendo que, el docente todos los días a las 5 en punto empieza clases. La estudiante dejó saber que tuvo problemas para entrar y horas después vio unos mensajes del profesor en el grupo de WhatsApp.
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Nadie entró a su clase
Ahí avisó a todos que nadie había entrado a su clase. Eso lo externó con las palabras: «Hoy nadie se conectó a la clase». Él agregó unos emojis tristes.
«Me dolió tanto ya que no me había percatado que en su clase solo íbamos unos pocos, pero ese día nadie lo hizo», escribió la alumna en la publicación.
El día de ayer solo estuvimos presentes en su clase una compañera y yo, al ver esto mandé un mensaje al grupo avisándole a los demás compañeros que por favor entraran a clases si podían, a la mitad de la clase se conectaron 3 más y fuimos 5 en total, relató.
«El día de hoy el puntualmente inició la videollamada en Zoom esperándonos a nosotros, a la cual solo yo asistí, sí, fui la única y él empezó saludándome y diciéndome que se sentía mal, porque los demás compañeros no se habían podido conectar».
La alumna siguió brindando los detalles de lo sucedido. «Se me derritió el corazón y recibí toda la clase con toda la atención del mundo y con lágrimas en los ojos, porque él a pesar de que yo era la única, se preparó para dar una clase».
El docente explicó los temas como si una clase entera estuviera presente, en ningún momento dijo que no explicaría detalladamente, expresó.
Tampoco trató mal a nadie, solo lamentó que los demás no estuvieran presentes, puntualizó.
«Se me hace el corazón súper chiquito el pensar que un docente tan profesional y amante de lo que hace, recibe esto de recompensa», comentó.
Ella dijo que se animó a escribir el relato, porque quiere hacer conciencia. Dijo que «algunos docentes SÍ aman lo que hacen y le dedican esfuerzo y dedicación a enseñar».
La joven aconsejó que, «si están disponibles a la hora de la clase, entren para recibir lo que con tanto empeño el profesor preparó para el día. No todos son malos, no todos prefieren insultar ante una duda, algunos sí aman lo que hacen».
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