TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Loli Salas, titular de la Dirección de Niñez, Adolescencia y la Familia (DINAF), pidió a la población no utilizar a los niños y jóvenes como mercancía para ingresar a Estados Unidos (EEUU) porque llevarlos no les garantiza que van entrar a ese país.
La titular de DINAF acompañó a la primera dama Ana García de Hernández, en el recorrido de dos días que hicieron por diferentes puestos fronterizos y centros de detención y procesamiento de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos.
En ese sentido, Salas dijo sentirse muy preocupada por lo que ha visto en ese lugar, especialmente la situación de niños y jóvenes.
De igual forma, señaló que en 2021 el problema del viaje de niños y jóvenes no acompañados a la frontera sobrepasa los niveles de años anteriores en los que igual hubo movimientos migratorios masivos.
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Sistema colapsado
Ante esa situación, la funcionaria enfatizó que, en el marco del interés superior del niño, se debe entender que los infantes no son mercancía o escudos que la gente puede utilizar en sus propósitos para llegar al país del norte.
También agregó que Honduras trabajará en la búsqueda de frenar la migración irregular, porque comprobaron que en la frontera sur de Estados Unidos hay un sistema colapsado.
«Ya rebasó todas las capacidades de los organismos que están en la misma línea fronteriza«, aseveró Salas.
Flujo de migrantes nunca visto antes
«Hay flujos masivos de personas llegando a territorio estadounidense y por eso ojalá tengamos la sabiduría para poder tomar medidas que frenen este movimiento migratorio. Aquí nos incluye a todos los países que están en la ruta hacia Estados Unidos», expresó Salas.
Igualmente, la directora de la DINAF dijo que ella trabaja en defensa de derechos humanos desde 1997 y nunca había visto un movimiento migratorio tan grande como el que presenta este momento la frontera sur de Estados Unidos.
En consecuencia, calificó de impactantes e inhumanos los dramas que viven todos los que se deciden a emprender ese viaje.
«Los que más sufren son los niños, que padecen hambre, no tienen ropa, otros llegan sucios, a causa del largo viaje. También sufren las inclemencias del tiempo, el hambre y la sed», contó la personera.
Para finalizar, Salas sostuvo que lo que más toca los sentidos de quienes pueden presenciar ese flujo de migrantes es la cantidad de niños que lloran por saber de sus padres y jóvenes que rompen en llanto.
«Muchos de ellos están allí en contra de su voluntad. Estoy impactada por lo que he visto y estoy en el deber de redoblar esfuerzos para que se respeten los derechos elementales de los niños y los adolescentes«, concluyó Salas.
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