REDACCIÓN. Con la mirada puesta en las proteínas animales y los alimentos con alto contenido en grasa en las dietas populares actuales, como la paleo, la keto o la Whole30, es difícil creer que hace solo veinte años los regímenes con bajo contenido en grasa, como la dieta Ornish, fueron tendencia.
Respaldada por el expresidente Bill Clinton, este plan de alimentación es un ejemplo de que algunos de estas dietas bajas en grasa funcionan. ¿Por qué es tan especial y ocupa el puesto número nueve de las mejores?.
Fue creada en 1995 por Dean Ornish, cardiólogo y profesor clínico de medicina de la Universidad de California en San Francisco y fundador del Instituto de Investigación de Medicina Preventiva de Sausalito. Él la ideó preocupado por las altas tasas de enfermedades cardíacas en la población y como estrategia de prevención y tratamiento de estas afecciones.
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Cómo se hace la dieta Ornish
Basada en su libro, ‘Dr. Dean Ornish’s program for reversing heart disease‘, apuesta por un plan de alimentación vegetariano, específicamente ovolactovegetariano, bajo en grasas. Incluye granos enteros, frutas, fibra, verduras y carbohidratos y proteínas animales limitados.
Debe acompañarse de cambios en el estilo de vida como: abandono del tabaco, restricción del alcohol y actividad física aeróbica y de fuerza tres veces a la semana acompañada de actividades de relajación, equilibrio y reducción del estrés como yoga y meditación.
La profundización de las relaciones con la familia y los amigos y la creación de apoyo con tu comunidad también son clave, ya que pueden afectar positivamente a la salud. Además, propone que el tratamiento nutricional se realice mediante la participación de la persona en terapia o grupos de apoyo.
Este régimen es conocido porque ayuda a prevenir y revertir las enfermedades del corazón. De hecho, está el primero de la lista, junto con la dieta mediterránea, como el más saludable para el corazón.
Alimentos prohibidos
Este régimen restringe grupos de alimentos como el de las carnes, las grasas, incluídas las saludables (como aceites y frutos secos) y excluye dulces, azúcares y postres, salvo la miel, que la puedes utilizar para endulzar tus infusiones. También limita el consumo de cafeína, alcohol y alimentos industrializados y procesados.
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