MÉXICO. Un paciente que se había recuperado de COVID-19 fue diagnosticado con mucormicosis, enfermedad conocida como «hongo negro«. El estado de salud del paciente se ha agravado con rapidez en los últimos días.
El hombre, de 34 años de edad, originario de la Ciudad de México, ya había superado el SARS-CoV-2 pasado un mes. Pero, desde hace nueve años padece de diabetes.
El paciente empezó a tener fuertes dolores de cabeza y hemorragia nasal el 29 de mayo. Cuando lo ingresaron al hospital, presentaba parálisis facial en el lado izquierdo y altos niveles de glucosa.
Esta enfermedad poco frecuente y potencialmente mortal fue detectada en miles de pacientes de la India, nación muy afectada por el coronavirus. También, la semana pasada, se informó de un primer caso en Uruguay y Chile.
EFECTOS DEL HONGO NEGRO
La enfermedad normalmente aparece en pacientes con algún tipo de inmunodeficiencia. Asimismo, se provoca por la exposición al moho que se encuentra en el suelo, abono, plantas, también en frutas y verduras podridas.
Entre los síntomas que esta enfermedad provoca, están el dolor y enrojecimiento alrededor de los ojos y la nariz, jaquecas, fiebre y tos. Además, puede manifestarse con dificultades respiratorias, vómitos con sangre e, incluso, un estado mental alterado.
El subsecretario de Prevención y Promoción de Salud de México, Hugo López-Gatell, en una conferencia de prensa, fue consultado sobre el tema y trató de controlar el estado «alarmista» que se dan en los noticieros y en la población.
De igual manera, explicó que se trata de una enfermedad que «desde hace muchos años» existe en México. Asimismo, en otros países y «afectan de forma casi exclusiva a personas con inmunosupresión grave, es decir, las defensas muy bajas».
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El #COVID19 no necesariamente aumenta el riesgo de mucormicosis, pero el uso excesivo de esteroides para el tratamiento puede ser la causa de que pacientes con el virus SARS-CoV-2 tengan esta infección. 2/2
— Hugo López-Gatell Ramírez (@HLGatell) June 3, 2021
Debido a esto, López destacó que la situación clínica donde se presenta con mayor frecuencia este «organismo oportunista» es en personas que adolecen de cáncer y que las llevan a quimioterapias, «principalmente cánceres sanguíneos, linfomas o leucemias».
«Es muy desafortunado, muy triste que alguna persona lo padezca, pero no debe usted quedarse con la impresión de que es algo que va a empezar a aumentar, aumentar y aumentar, y que podría afectarle a usted o a un familiar«, concluyó.
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