AFP. Los bancos centrales están subestimando la amenaza que supone la pérdida de biodiversidad y de la riqueza de la que dependen empresas e instituciones financieras, según un informe publicado el jueves.
Los efectos del cambio climático se tienen cada vez más en cuenta en las evaluaciones de riesgo económico, pero mucho menos en el caso de amenazas similares derivadas de la destrucción de la naturaleza. Así lo indica un informe elaborado por investigadores y la Network of Central Banks and Supervisors for Greening the Financial System (NGFS).
«La biodiversidad es la base de la vida en nuestro planeta», dijo Ravi Menon, presidente de la NGFS. «Pero estamos erosionando la biodiversidad a un ritmo que está dañando los ecosistemas que nos proporcionan alimentos, agua y aire limpio. Esto podría suponer riesgos importantes para la estabilidad económica, financiera y social».
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El informe coincide con la reunión de delegaciones de casi 200 países en Ginebra para negociar un acuerdo que permita proteger mejor la biodiversidad antes de finales de año.
El texto destaca el impacto que el sistema financiero puede tener en la naturaleza, a través de los préstamos que se ofrecen, las inversiones y los seguros, y también señala que los sistemas económicos y financieros dependen de tener ecosistemas sanos y funcionales.
Es el caso de los rendimientos agrícolas, amenazados por la reducción de las poblaciones de polinizadores, víctimas de los pesticidas o de la reducción del hábitat.
El Banco Interamericano de Desarrollo calcula que aplicar políticas para evitar que la Amazonía alcance el punto de inflexión que podría convertirla en una sabana –es decir frenar la deforestación, invertir en agricultura sostenible y mejorar la gestión de los incendios– podrían generar unos 340.000 millones de dólares de riqueza adicional.
La mitad del mundo, vulnerable al cambio climático
Las devastadoras consecuencias del cambio climático se han convertido en realidad para entre 3.300 y 3.600 millones de personas, lo que deja a casi la mitad de la población mundial en situación «muy vulnerable».
El aumento medio de la temperatura global en 1,1 ºC con respecto a la era preindustrial ya provocó la extinción de varias especies animales (y el declive de muchas otras), el aumento de enfermedades transmitidas por mosquitos, de muertes a causa del calor y la sequía, así como la pérdida de cultivos y de poblaciones de peces.
La salud física y mental de los seres humanos también se ha visto afectada, así lo revela un reciente informe compartido por la ONU.
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