SAN PEDRO SULA, HONDURAS. El impacto que causó la muerte de un niño de dos años a manos de su padre, quien le propinó un golpe en la cabeza, que acabó con su vida, ha causado indignación en la población.
Ante ello, TIEMPO Digital contactó a Helen Ocampo, investigadora del Centro del Observatorio de Derechos Humanos de Mujeres del Centro de Derecho de Mujeres (CDM) para conocer más de dicho tema.
Ella detalló que, primeramente, se debe de tomar en cuenta que para que una persona cometa actos de ese tipo, es porque “estamos en una cultura de violencia”.
Es decir, que actuar con gritos o golpes en contra de otra persona, es la manera de solucionar conflictos que conocemos como sociedad. Por lo cual, no es extraño ocurran este tipo de hechos.
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La investigadora reveló que no es casual que la mayor cantidad de asesinatos sean de hombres hacia hombres en el mundo. Por otra parte, que los mayores agresores de las mujeres también sean del género masculino.
Ocampo manifestó que, no se debe generalizar diciendo que “todos los hombres son iguales”. Ya que, hay una cultura de violencia en donde el hombre ejerce poder a través del control, lo que dispara los casos como el del papá que mató a golpes al niño de dos años.
Seguidamente, la investigadora reveló que la madre del menor agredido, había denunciado en ocasiones anteriores que ya sufría de maltrato, no solo con ella, sino también con contra de su otra hija.
“Hay un antecedente que va aumentando, lo que complica más el panorama, cuando las condiciones de vida son precarias. En general, la mayor parte de la población vive en extrema pobreza”, expresó Ocampo.
No dejándolo de lado, reveló también que, algo necesario era remarcar, que “la pobreza y las condiciones de vida complicadas, no son las únicas razones por las que las personas son violentas”.
Mujeres en un círculo de violencia
De igual forma, la investigadora detalló que, las mujeres no están en un círculo o situación de violencia porque ellas lo deseen, porque no se sientan bien, o porque no sean conscientes. Puesto que, hay un circulo especifico donde una persona que agrede sostiene a esta persona bajo el poder y la misma dinámica de violencia.
Cuando ocurren estas incidencias en ocasiones las mujeres buscan auxilio, separándose de la pareja, e inclusive llegan a un proceso judicial, pero también, están en los cuales no hacen nada y siguen soportando el maltrato.
En cuanto al tema específico de esta mujer, Hellen Ocampo aseveró, que responsabilizar a la mujer es lo último que se debe hacer. Esto, porque ella puso las denuncias, pero los encargados son los responsables, y no tomaron las acciones necesarias.
Lo anterior, pone en evidencia que los entes competentes no están haciendo el trabajo adecuado para garantizar la vida de las mujeres. En cuanto a las cifras, la investigadora manifestó que, de enero hasta septiembre llegan un conteo de 43,590 denuncias de violencia domestica al 911.
De estas claramente es probable que existan mayores, ya que no todas las mujeres denuncian. También, es necesario recalcar cuantas de esas reciben justicia, lo cual, se genera porque existe una mora judicial, apuntó.
“La situación de violencia que tenemos en Honduras es sumamente alta. Tanta inversión para seguridad no esta garantizando que las mujeres, jóvenes y niñas tengan mejores condiciones de vida”, señaló Ocampo.
La integrante del CDM, también expresó que, hasta este mes, se llevan 220 muertes violentas de mujeres, y 38 homicidios múltiples, lo que evidencia como han ido en aumento el maltrato hacia la mujer.
Algunas no denuncian
Es muy común que las mujeres no denuncien por varias razones, consideró, una de ellas y se podría decir que la principal, es EL MIEDO. Muchas féminas piensan que al hacer la denuncia puede repercutir en más violencia para ellas. En otros casos, porque les enseñan que se debe de sostener a la familia “a costa de lo que sea”.
De caso del niño que murió a golpes por su padre, indicaron que, maltrataba a los dos niños frente a la madre, lo cual, ella no intervenía. Pero, Ocampo detalló que, todo el entorno era de violencia en ese hogar. En cuanto a los niños, era más fácil para el agresor.
Por lo que, se evidenciaba que la mujer tenia mucho miedo, sobre todo después que puso una denuncia y la violencia continuaba.
Para finalizar, la investigadora de CDM, envió un mensaje recalcando a las mujeres que algo indispensable en una sociedad como Honduras, es que las mujeres se apoyen unas a otras y que “denunciemos en todo lo que se pueda, todo tipo de violencia”.
“No solo nos tenemos que preocupar por las mujeres de nuestra familia, tenemos que apoyarnos entre nosotras para sostener la vida. También invito a toda la sociedad que denunciemos violencia, y que busquemos como apoyar a las féminas que lo están sufriendo”, finalizó Ocampo.
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