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viernes, noviembre 22, 2024

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INTIBUCÁ, HONDURAS. La Policía Nacional (PN) está, otra vez, en boca de toda la ciudadanía, luego de cometer, supuestamente, otro acto de abuso de autoridad y violación de derechos humanos, luego de reportarse la muerte de una estudiante de Enfermería llamada Keyla Martínez, quien fue detenida el 6 de febrero en La Esperanza.

La Policía dijo, mediante un comunicado, que la joven mujer de 26 años de edad se estaba intentado suicidar con su propia blusa al interior de la celda en la que permanecía, por lo que, agentes de la posta la trasladaron aún con vida hacia un centro asistencial, donde finalmente murió.

Sin embargo, médicos que recibieron a la muchacha en el hospital desmintieron a la Policía, pues según su reporte de turno, Keyla Martínez «ingresó fallecida», información que les fue dada a los agentes que la habían llevado.

Entonces, por un lado está la versión oficial, que indica un supuesto suicidio, pero, por otra parte, está la opinión popular, la cual tacha a la Policía Nacional de «asesina» y responsable de la muerte de la estudiante.

En medio de todos cabos sueltos, hay algo que sí está claro y que nadie puede negar: Keyla Martínez murió, de una u otra manera, estando en custodia de la miembros de la Policía, hecho que según defensores de derechos humanos, es inverosímil.

No es la primera vez

Pero, a los miembros de la posta policial de La Esperanza, Intibucá, ya los han denunciado recientemente, precisamente por dos mujeres, quienes afirman que policías las detuvieron, golpearon, gasearon y robaron dinero.

Las féminas hicieron su denuncia a través de una medio de comunicación local. Estando de espalda, con voz temerosa, contaron con lujo de detalles todo lo que acababa de acontecer.

«Como a eso de las 7:00 u 8:00 nos detuvieron miembros de la Policía, y apuntándonos con sus fusiles, nos obligaron a bajar, junto con la persona que andábamos. A mi primo lo esposaron y lo subieron a la patrulla sin darle explicaciones. Luego un policía dio la orden de que no llevaran a nosotras también, pero nos negamos, porque no andábamos en nada malo, entonces comenzaron a golpearnos y gasearnos», dijo una de las denunciantes.

«Me golpearon la cara, una policía mujer se subió encima de mí y otro policía me echó gas. Me sacaron el dinero de la chamarra, sentí la mano cuando me sacaron el dinero. Estando ya en la posta, nos quitaron nuestras pertenencias y no nos dejaron hacer ninguna llamada. Un policía que andaba de civil nos estuvo amenazando e insultando durante toda la noche. Sacó una navaja, se intentó meter a nuestra celda porque nos querían violar«, agregó su compañera.

Al día siguiente, las muchacha interpusieron formalmente su denuncia ante la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), pero, hasta el momento, su caso sigue impune.

MP conoce ambos casos

El caso de Keyla Martínez ha sido el más mediático de los dos antes expuestos, pero el Ministerio Público (MP) conoce ambos, aunque, aún no hay resultados ni de uno ni de otro.

«Sí existió ese hecho (intento de violación)», dijo la vocera Lorena Cálix a TIEMPO Digital, refiriéndose a la situación que vivieron las dos muchachas. «Imagino que las afectadas lo denunciaron. Al formalizar la denuncia, la obligación de autoridades policiales y del MP es investigar los hechos», agregó.

Y en torno al hecho más reciente, el MP comunicó que «se continúa realizando las indagaciones, tomando declaraciones y recolectando documentos importantes para sustentar el resultado».

Comunicado del MP sobre al caso de Keyla Martínez.

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