TEGUCIGALPA, HONDURAS. Una pequeña empresaria hondureña denunció este lunes que sufre amenazas a muerte debido a que le exigen 80 mil lempiras de cobro de extorsión, cantidad que ella no puede pagar.
A ella supuestamente la amenazaron miembros de la estructura criminal Pandilla 18, según relató.
En entrevista con un medio local, la emprendedora narró que encontró en la puerta del local donde alquila su negocio una hoja de papel, con un escrito en lápiz tinta donde mencionaba su nombre y le notificaban que tenía que pagar 80 mil lempiras y si no colaboraba la matarían junto a su hija.
La hondureña se mostró preocupada porque además dijo que «el sábado 23 de julio un vecino encontró en la puerta de su local un papel con rayas en donde le decían: ‘Perra te haré pedazos junto a tu hija si no haces la entrega del dinero, tienes fecha límite hasta el 30 de julio'».
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Denuncia ante DIPAMPCO
Pese a las amenazas, se armó de valor e interpuso la denuncia ante la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO).
Es así que, la connacional espera que la DIPAMPCO le pueda ayudar porque ella no cuenta con la cantidad que los presuntos antisociales le solicitan y de no cancelar “pagarían con sus vidas”.
De acuerdo con lo que estableció, debido a esa situación al menos dos negocios ya cerraron en la zona donde ella trabaja. Ella se gana la vida con su pequeña tienda de regalos.
En la zona donde labora la pequeña empresaria recientemente se registró un tiroteo donde pretendían matar a uno de los arrendatarios vecinos en la colonia Los Ángeles de Tegucigalpa.
Flagelo que mantiene de rodillas
Constantemente, los comerciantes en Honduras viven bajo las amenazas que maras y pandillas les hacen por el cobro del llamado “impuesto de guerra”.
Algunos de ellos aseguran que prefieren pagar en vez de cerrar sus negocios porque las deudas son muchas y necesitan ganarse la vida.
Sin embargo, otros emprendedores deciden cerrar sus comercios y quedar sin trabajo porque, según comentan, han hecho denuncias formales ante la Policía pero no obtienen respuestas.
Los comerciantes deben pagar una mensualidad a la delincuencia y esto genera una pérdida que lleva al cierre de los negocios. La expansión de ese flagelo es una situación la Policía Nacional no ha podido controlar en el país.
El mal llamado cobro de la extorsión perjudica a muchos hondureños y todos corren el mismo riesgo actualmente.
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