TEGUCIGALPA, HONDURAS. Un teléfono «extorsivo» apareció la mañana de este miércoles en un bus «rapidito» que cubre la ruta Valle de Ángeles-Tegucigalpa, aparentemente como un aviso para cobrar «impuesto de guerra».
Asimismo, sujetos armados y desconocidos habrían disparado contra el bus, atentando contra la vida de los operarios de la unidad y los pasajeros que allí se transportaban.
El hecho aconteció exactamente en la zona del Guanacaste. Es en este lugar donde se parquean estas unidades de transporte en la capital para cumplir con sus respectivas rutas a Valle de Ángeles.
Testigos señalaron que dos personas del sexo masculino, armadas y a bordo de una motocicleta, llegaron hasta el lugar y dejaron el teléfono celular.
Las estructuras criminales utilizan el método del teléfono para llamar a las víctimas y luego exigirles el pago de extorsión. Este tipo de acontecimientos se han visto en reiteradas ocasiones en varias rutas de buses en la capital.
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Quitaron la unidad tiroteada
Los operarios de la ruta, por miedo a lo acontecido retiraron de manera inmediata el rapidito tiroteado del parqueo de buses en el Guanacaste y lo llevaron para otra zona.
Además, los otros rapiditos y buses amarillos sí siguen trabajando de manera normal, porque durante el día trasladarán en distintos horarios pasajeros desde Tegucigalpa hasta Valle de Ángeles y viceversa.
De la misma manera, detallaron que hasta esta zona llegó rápidamente una patrulla de la Policía Nacional, pero no pidieron detalles. En este lugar de la capital habrían cámaras de seguridad que podrían ayudar a la investigación y dar con la pista de los sujetos armados.
Los conductores de los buses y los ayudantes señalan que se sienten con temor ante este tipo de amenazas, que se han recrudecido en los últimos días en la capital hondureña.
Ayer, martes, se reportaron en la capital hondureña dos hechos similares. El primero fue una amenaza a través de una nota y dos proyectiles de bala a un bus de la ruta Cerro Grande-UNAH-Sosa, por lo que las unidades tuvieron que parar operaciones.
El segundo fue un atentado armado a un bus de la ruta Choluteca-Tegucigalpa, a la altura de Villa Adela, por el cobro de la extorsión. En este caso los vidrios del rapidito quedaron destruidos, pero sin víctimas ni personas heridas.
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