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viernes, noviembre 22, 2024

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Las deformaciones se consideran, junto con las distrofias, cambios macroscópicos en la forma de la uña, mientras que las distrofias son cambios en la textura o composición de la uña.

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Aproximadamente el 50 % de las distrofias de las uñas se deben a infección micótica. El resto es provocado por distintas causas, incluyendo traumatismos, anormalidades congénitas, psoriasis, liquen plano, tumores benignos, entre otras.

La onicomicosis como causa de distrofia ungueal puede ser obvia en el examen, pero a menudo se toman muestras de la placa ungueal y los restos subungueales y se envían para un examen histopatológico y un examen con ácido peryódico de Schiff (PAS), cultivo o, más recientemente, PCR (reacción en cadena de la polimerasa).

Las distrofias no micóticas pueden requerir una biopsia de tejido de la placa de la uña o la matriz ungueal para confirmar el diagnóstico.

La distrofia ungueal puede resolverse tratando la causa, pero si esto no es posible, la manicura puede ayudar a ocultar los cambios en las uñas con recortes y esmaltes apropiados.
La distrofia ungueal puede resolverse tratando la causa, pero si esto no es posible, la manicura puede ayudar a ocultar los cambios en las uñas con recortes y esmaltes apropiados.

Deformidades congénitas de las uñas

En algunas displasias ectodérmicas congénitas, los pacientes no tienen uñas (anoniquia). En la paroniquia congénita, los lechos ungueales están engrosados, descoloridos e hipercurvados en sentido transversal (con una deformidad en tenaza).

El síndrome onico-rotuliano (o rotuloungueal) da origen a lúnulas triangulares y ausencia parcial de las uñas del pulgar. Los pacientes con enfermedad de Darier pueden tener uñas con líneas rojas y blancas y una muesca distal en forma de V.

Distrofias de las uñas asociadas con trastornos sistémicos

En el síndrome de Plummer-Vinson (membranas esofágicas causadas por una deficiencia de hierro grave no tratada), el 50 % de los pacientes tienen coiloniquia (uñas cóncavas en forma de cuchara).

El síndrome de uñas amarillas es una enfermedad rara caracterizada por uñas de color amarillo, hipercurvadas, engrosadas que crecen con lentitud. Esta condición generalmente ocurre en pacientes con linfedema o trastornos respiratorios crónicos. Se identifican infecciones bronquiales crónicas en aproximadamente la mitad de los casos informados.

Las uñas mitad y mitad (uñas de Lindsay) suelen aparecer asociadas a insuficiencia renal. La mitad proximal de la uña es blanca y la mitad distal es rosada o roja-amarronada.

Las uñas «mitad y mitad» o Terry ocurren en el 20 al 50 % de los pacientes que tienen enfermedad renal crónica. Sin embargo, esta anomalía en las uñas se ha informado en varias otras enfermedades crónicas, como la enfermedad de Crohn, la cirrosis, la pelagra y la enfermedad de Kawasaki. Esta anormalidad también ocurre en personas sanas.

Las uñas de Terry se caracterizan por aproximadamente un 80 % del lecho ungueal de color blanco con una banda distal de 0,5 a 3,0 mm de color marrón a rosa. Las uñas de Terry a menudo se asocian con cirrosis, insuficiencia cardíaca crónica y diabetes mellitus de inicio en la adultez. La diferenciación de las uñas mitad y mitad puede ser difícil.

Las uñas blancas se observan en la cirrosis, aunque el tercio distal permanece de color rosado. Las uñas intensamente blancas, también llamadas uñas de Terry, pueden estar presentes en pacientes con insuficiencia hepática o renal crónica, insuficiencia cardíaca o diabetes.

Las líneas de Beau son surcos horizontales en la placa ungueal que se producen cuando el crecimiento de la uña se enlentece temporalmente, lo que puede ocurrir después de una infección, trauma, enfermedad sistémica o durante ciclos de quimioterapia.
Las líneas de Beau son surcos horizontales en la placa ungueal que se producen cuando el crecimiento de la uña se enlentece temporalmente, lo que puede ocurrir después de una infección, trauma, enfermedad sistémica o durante ciclos de quimioterapia.

Deformidades de las uñas asociadas con cuadros dermatológicos

En la psoriasis, las uñas pueden presentar una serie de cambios, incluyendo surcos irregulares, manchas oleosas (áreas localizadas de descoloración marrón castaño), separación de parte de la uña del lecho ungueal (onicólisis) y engrosamiento y descamación de la lámina ungueal.
La psoriasis ungueal se asocia en forma independiente con la enfermedad psoriásica resistente al tratamiento y es un factor de riesgo para el desarrollo de artritis psoriásica.
El tratamiento de la psoriasis ungueal es complejo, pero los agentes inmunomoduladores son los más eficaces. Las terapias tópicas pueden lograr una mejoría modesta. Las terapias basadas en dispositivos (como láser o luz) necesitan más estudio para juzgar su eficacia.
El liquen plano de la matriz ungueal inicialmente causa cambios ungueales potencialmente reversibles, que incluyen crestas longitudinales, fisuras, eritema de la lúnula y división distal de la uña. Con el tiempo, pueden ocurrir cicatrices y cambios irreversibles, como atrofia ungueal, formación de pterigion y pérdida total de la uña.
La alopecia areata se asocia con la presencia de depresiones regulares, que siguen un patrón geométrico. Las fosas son pequeñas y finas. La alopecia areata también puede estar asociada a onicorrexis grave (fragilidad con rotura de uñas).

Decoloración

Los fármacos quimioterápicos (sobre todo los taxanos) pueden causar melanoniquia (pigmentación de la lámina ungueal), que puede ser difusa o formar bandas transversales.

Algunos fármacos pueden provocar cambios característicos en la coloración de la uña, como ser:

  • Quinacrina: hace que las uñas adquieran un color amarillo verdoso o blanco cuando se las examina con luz ultravioleta.
  • Ciclofosfamida: puede causar bandas onicodérmicas (son sellos formados en la unión de la lámina ungueal y el lecho ungueal distal en el borde libre de la uña) y una coloración gris pizarra o azulada difusa.
  • Arsénico: las uñas se vuelven de color amarronado en forma difusa.
  • Tetraciclinas, ketoconazol, fenotiacinas, sulfamidas y fenindiona: las uñas pueden adquirir una coloración amarronada o azulada.
  • Terapia con oro: puede darle a las uñas una tonalidad marrón oscuro o marrón claro.
  • Sales de plata (argiria): las uñas pueden ser gris azuladas.
Fumar tabaco o la pintura para las uñas pueden teñir las uñas y los dedos de color amarillo o amarronado.
Fumar tabaco o la pintura para las uñas pueden teñir las uñas y los dedos de color amarillo o amarronado.

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