REDACCIÓN. Usar tacones a diario forma parte de la rutina de muchas personas. Ahora bien, ¿es esto conveniente? Pues bien, al igual que en muchos otros casos, hay que tener en cuenta algunas cuestiones antes de responder la pregunta.
Hace algunas décadas, las mujeres usaban tacones prácticamente día y noche. Eso lo hacían no solo para lucir bien vestidas o elegantes, sino para demostrar su feminidad en el día a día. Por otra parte, este tipo de calzado formó parte de su uniforme de trabajo. Muchas veces, ni siquiera eran una elección, sino una imposición.
Sin embargo, la moda y los conceptos fueron evolucionando con los años, así como también el estilo de vida. Por ende, hoy por hoy, aún cuando hay casos en los que se usan tacones, ya no se trata de una obligación ni mucho menos, sino simplemente una preferencia personal o el seguimiento -puntual- de algún código de vestimenta.
En la actualidad, el debate gira en torno a dos factores muy concretos: comodidad y elegancia, o más bien etiqueta. Por una parte, hay mujeres que aseguran que los tacones no les resulta molesto y que no ven problema en usarlo a diario, mientras que otras afirman que prefieren no usarlos.
Más allá del problema del dolor, ¿acarrean otras consecuencias? Lo cierto es que sí, usar tacones puede ser perjudicial.
Consecuencias de usar tacones a diario
Lesiones en la espalda
Cuando elegimos usar tacones a diario, decidimos caminar durante horas como bailarinas. Apoyamos todo el peso del cuerpo sobre la punta de los dedos. Por tanto, todos los músculos y huesos situados más arriba de los mismos sufren. Esto conlleva a una sobrecarga de la espalda, provocada por las contracturas musculares generadas a partir de las lumbares.
Acortamiento de músculos
Como ya hemos comentado, la forma de caminar con tacones afecta a la pierna, en especial a los gemelos y al sóleo.
Las consecuencias de usar este tipo de calzado a diario en esta zona son más graves que un simple dolor.
En algunos casos, se puede producir un acortamiento de dicha musculatura. La razón hay que buscarla en la contracción continua a la que se ve sometida.
En consecuencia, cuando usamos zapato plano, nos sentimos incómodas al caminar. De ser así, estiramos los músculos citados, por lo que volvemos a forzarlos. No obstante, si padecemos esta lesión podemos solucionarla.
Basta con ir reduciendo la altura de los tacones poco a poco. De esta manera, los gemelos y el sóleo recuperan su longitud original.
Pérdida de equilibrio
No podemos olvidar que el tono de los músculos es fundamental a la hora de mantener el equilibrio. Si tenemos trastornos vasculares, de espalda o algún tipo de problema en los pies, la estructura encargada del equilibrio sufre variaciones que dificultan el balance.
Es posible que, con ello, aparezcan también dificultades como mareos o vértigos. Nuestro cuerpo se ha quedado sin eje, así que surge toda una serie de complicaciones derivadas del fenómeno.
¿Cuál es el calzado más adecuado para el uso diario?
La buena noticia para las mujeres aficionadas a usar tacones es que los zapatos siempre deben tener cierta altura, concretamente entre 2 y 4 centímetros. Si nos fijamos en la forma del pie, nos damos cuenta de que el talón ya la establece, por lo que estas medidas se ajustan mejor al pie que las de los zapatos planos.
Por otra parte, es importante que cubra la zona de los dedos, pero sin comprimirlos. En cuanto a los materiales, aconsejamos fijarse siempre en las suelas. Las mejores son las de goma, porque favorecen que caminemos de una manera más natural, además de amortiguar nuestros pasos.
Así, el calzado plano también es perjudicial. Como comentábamos, contradicen la disposición natural de los pies. Esto significa que también sufriremos a la hora de caminar.
Como prueba, tenemos el caso de las mujeres que, a pesar de no usar tacones, no soportan las llamadas manoletinas o bailarinas. Cuando el calzado es muy bajo no se encuentran cómodas y sienten dolores en las plantas. Esto se debe a lo que decíamos antes sobre la función del talón.
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A la hora de usar tacones, lo ideal es buscar el punto medio. Hay que partir de la escucha activa del propio cuerpo. Independientemente de las tendencias, en nuestra vida diaria debemos prestar atención y conocer las necesidades de huesos y músculos.
De esta manera, en ocasiones especiales podremos recurrir a los tacones sin poner en riesgo nuestra salud musculoesquelética.
Si bien cada quien es libre de elegir lo que considera más conveniente para sí, hay algunas consideraciones que deberían tenerse en cuenta siempre: usar tacones a diario puede ser perjudicial cuando se hace por periodos de tiempo excesivamente prolongados, sin descansos, ni autocuidados.
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