TEGUCIGALPA, HONDURAS. Tras el paso de Iota y Eta, 800 mil estudiantes no pudieron continuar sus clases, según dirigentes magisteriales, por lo que sugieren a la Secretaría de Educación centrarse en que los estudiantes se queden en el sistema.
Fidel García, dirigente magisterial del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras (COPEMH), señaló que el problema del sistema educativo ha sido el poco acceso que tienen los niños y jóvenes a la educación.
«Ese problema existe desde antes de la pandemia cuando reportamos casi un millón de niños y jóvenes en edad escolar que no se matricularon», dijo García. De la misma forma, acotó que tras la pandemia del COVID-19, Iota y Eta es que unos 800 mil jóvenes al final no pudieron seguir en el sistema educativo.
A partir de febrero dará inicio la matrícula en el sector público de educación y la Secretaría de Educación prevé que alrededor de dos millones de estudiantes se matriculen en este año escolar 2021.
«El sistema está esperando que se puedan ingresar nuevamente dos millones de estudiantes. El reto es de incluir ese más de un millón que tenemos fuera del sistema», puntualizó la viceministra de Educación, Gloria Menjívar.
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No hay deserción, hay exclusión
Por su parte, Daniel Esponda, dirigente magisterial, manifestó a TIEMPO Digital que en Honduras no existe deserción escolar sino exclusión educativa debido a que no hay condiciones económicas y porque «el Estado ha sido irresponsable».
Además, dijo que los alumnos no abandonan las aulas de clases de forma voluntaria, son obligados por falta de recursos económicos.
Manifestó que el Estado no ha dado cuentas de un fondo que se creó desde el 2014. «En el 2019 se generaron más de L600 millones y el Gobierno no da cuentas de ello».
Además, señaló que se deben generar los esfuerzos en asegurar la conectividad a internet. Mientras que con el fondo creado en 2014 se puede implementar una plataforma pedagógica y llegar al 100 % de la población educativa.
Más de un millón de escolares desertaron durante el 2020 a causa de la pandemia del COVID-19, sumado a los fenómenos naturales Iota y Eta que impactaron a Honduras en el mes de noviembre.
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